viernes, 5 de diciembre de 2008

MÉDICOS.


El hecho de que sean mecánicos muy cualificados del cuerpo humano no les da ningún derecho a erigirse en guardianes de la moral.

12 comentarios:

Jaime Noguera dijo...

Totalmente de acuerdo.

Tordon dijo...

En primer lugar, querido amigo, quiero hacerle notar su reiteración en el error de intentar transformar mi apelativo en agudo ,(Tordón), siendo yo, de natural, una persona llana (y acabada en “n”), y sin pretensiones de acentuar nada en mi vida.
Y antes de proseguir, querido amigo porquero, y para que conste, he de confesarle, aunque me avergüence, que desde el día en que Vd. visitó mi blog no puedo evitar, al degustar un buen ibérico, acordarme de su persona. (No me malinterprete, lo digo por su profesión).Y esto es así hasta el punto de que con cada bocado, me remuerde la conciencia. Pero las tragaderas de nuestra sociedad, Vd. lo sabe, son colosales. Y yo, inmerso en la corriente, me siento enternecer, pero sigo hincándole el diente a sus protegidos como si tal cosa.

Y, cambiando de tema, si yo me sorprendiera a mi mismo –como Vd. dice- escribiendo como Sánchez Ferlosio, le aseguro que en ningún caso ocuparía mi mente la disyuntiva de “saltar de alegría o llorar”. Tenga a ciencia cierta que, en ese utópico caso, las lágrimas de alegría que yo iba derramar, abastecerían sobradamente a todo el campo de regadío de la huerta Murciana. Lagrimones como puños, oiga. Como una magdalena, se lo aseguro.

Salvada esta objeción, he de reconocer que ha puesto el dedo en la llaga en su comentario sobre mi limitada dedicación a los asuntos literarios. Resulta frustrante, es querer y no poder, se sufre y se deprime uno, puede creerme. Es como tocar de oído sin tener ni puñetera idea de música.
Aunque con una ventaja: Nadie te reprocha si desafinas…

Pero, -coincidirá Vd. conmigo-, es poco razonable perseguir dos liebres a la vez. Y le confesaré que conozco sobradamente, sin ningún género de dudas, qué liebre va a proporcionar más sabor a mi cazuela, aunque también es cierto que “no solo de lepóridos vive el hombre”, y, así, trato- a duras penas- que mi montería rutinaria no me impida disfrutar, aunque sea durante breves momentos, de la ágil “liebre literaria”, admirar sus escorzos, deleitarme con sus fantasías… Gracias a ella, la caza y la degustación de la primera se tornan ricos y motivadores.

En otro orden de cosas, y a pesar de no saber nada sobre cuestiones académicas , (o quizá por ello), me atrevo a interrogarle con franqueza:
Sr. Porquero,… en confianza…, ahora que nadie nos escucha: ¿Qué prefiere Vd : “que la Jolie le dé un beso sentido” o “que la Jolie le dé un beso sentido, lento, cálido, profundo…”
Creo que, en ocasiones, la aparente reiteración en los calificativos es intencional, y añade un componente obsesivo a la narración, aunque le reste cadencia.
Y si Vd. me contesta que prefiere la primera opción, concluiría yo que tal vez Vd escriba muy bien, pero que no entiende nada de besos.

En definitiva, amigo mío, que, como en la zorra y las uvas, hago mía esa sentencia de “la felicidad no consiste en tener mucho sino en desear poco”, y le aseguro, querido porquero, que con mi calderilla estilística me basta y me sobra; no soy un hombre de vicios caros, aunque siempre estaré dispuesto a mejorar con los consejos de personas ilustradas como Vd.

Y me gustaría continuar desahogándome, pero, la liebre, (la de verdad, la de comer), que no quiere saber nada de mi dolor y de mis obsesiones, se escapa…
Toda la filosofía sobre el asunto, tal vez pudiera resumirse con la sencillez de mi epitafio favorito: “Hizo lo que pudo”

“Que no fue mucho”- añadiría algún gracioso

Un abrazo
Tordon
Oviedo

PD: En Málaga tengo una parte de mí, pero eso ya es otra historia..

El Porquero de Agamenón dijo...

señor Noguera:
A los dos nos honra estar de acuerdo.

Tordon dijo...

¡Qué mala suerte la mía! Es la segunda vez que entro en este blog, y en vez de sumarme educadamente a la unanimidad de los opinantes, me veo obligado a poner objeciones. Bien es cierto que me tranquiliza la existencia de una “moderación de comentarios”, que, a modo de cortafuegos, pudiera corregir la pertinencia de las mismas.
Quiero hacer notar -humildemente- que se me antoja excesiva la generalización sobre cualquier colectivo profesional, en este caso el englobado en el término “Médicos”. Y es que supongo, querido amigo, que no sería de su agrado que alguien especulara sobre “los porqueros “sin conocer previamente su propia opinión. De ello deduzco que debe haber alguna cuestión concreta que yo, en la distancia, desconozca, y que- bien por su contundencia, bien por su notoriedad, - sea el origen de su comentario. ¿A qué se refiere exactamente?

Reciba un cordial saludo

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Tordon:
I- Soy un neófito en Internet y más en técnica bloguera. De hecho me hicieron el blog un conjunto de hermosas damas que me aconsejaron también que pusiera una intermediación para los comentarios con el fin de evitar sorpresas desagradables. Las suyas siempre son muy agradables y las de todo el mundo que hasta ahora ha intervenido. Jamás he censurado nada y dudo que lo haga y mucho menos sus intervenciones. Estoy abierto a sugerencias. Por ejemplo no sé como instalar un contador y tampoco sé si es conveniente o no.
II-La literatura sentenciosa o paremiológica, por su estructura breve, necesariamente tiende a la generalidad y a cierto grado de abstracción necesaria. No olvide que nosotros, en cuanto escritores, tenemos derecho a la metáfora que es un elemento de conocimiento mucho más importante que la estadística. En arte, no vale la democracia ni la opinión.
Reciba un cordial abrazo del porquero.

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimadísimo señor Tordon:
I-Discúlpeme si lo he puesto usted agudo en cuanto a su nombre. Vaya en mi descargo que me he dejado llevar por la agudeza de Agamenón, mi desgraciado rey de Argos.
II- “Tomad y comed todos de él porque…” dice el ritual católico de la misa. Y acierta plenamente. Coma usted todo el jamón que pueda y, mientras más exquisito, mejor. Significará que tiene usted buen gusto y dinero. No conozco un matrimonio mejor. ¡Qué gozo íntimo me procura el hecho de que cada vez que usted coma jamón se acuerde de mí! Abandone pues cualquier atisbo de cristiana culpabilidad y coma del cochino y beba del buen vino, que la vida es corta.
III-¿Ha caído usted en la posibilidad de que seamos almas complementarias por correlativas? Usted es técnico en alimentación y yo me dedico a la crianza gramatical del cerdo…
IV- Escuchadas todas las músicas, mi alma de cerdo necesita escuchar la suya. Le remito a una entrada de mi blog donde me habla un cochino amigo. Allí podrá observar mi cara de felicidad.
V-Y más teniendo en cuenta que he tardado casi cuarenta años en ponerme a escribir. Me conozco pues todos los autoengaños y todas las trampas para no enfrentarme a la hoja en blanco. Soy un experto en angustias y en demoras.
VI- Pavarotti no sabía solfeo ni leer una partitura.
VII- Respuesta de Dalí sobre si pintar era fácil o difícil: “Pintar, o es fácil o es imposible”
¡Benditos nosotros que al menos tenemos la posibilidad de escribir bien!
VIII-Entre las dos opciones que usted me ofrece en relación a semejante hembra, mi opción sería que me diera un beso y que el sentido lo pusiera ella. Me conformo con el sustantivo.
IX- Juan Mayorga es un gran autor. ¿Sabía usted que estudió la carrera de matemáticas?
X- Asturias me es muy querida. Allí obtuve la borrachera más hermosa.
XI- Un abrazo cordial del porquero. Le deseo un buen domingo.

Tordon dijo...

Estimado Porquero:
Si algo queda fuera de toda duda es su maestría literaria. Constituido Vd. en un verdadero paladín de la concisión, su prosa se muestra clara, sin fisuras, ordenada (¡incluso con números romanos!) y llena de una enjundia tan solo comparable a los restos embutidos de algún integrante de su amado redil porcino… Aunque se muestre evasiva: Sigo sin tener claro por qué dice Vd. que los médicos se erigen en guardianes de la moral. Y además,- permítame el atrevimiento- añadiría un nuevo interrogante: ¿Quiénes, según Vd., deberían erigirse en los guardianes de la moral? Y no hable Vd. de retórica de la abstracción y menos de paremiología, ya que alguien podría pensar que. tira Vd la piedra y esconde la mano. Como puede comprobar,le escribe un ovetense terco y porfiado, como sus gorrinos. Pero en su tejado permanece la pelota.
También quisiera aclarar un posible malentendido: No soy “Técnico en Alimentación”, sino “Técnico en Ayudas a la Alimentación” .Sutil pero decisiva diferencia. Nada sé, por tanto, de nutrición, aunque ocupo gran parte de mi tiempo en el cuidado de las herramientas que los humanos destinan a tal fin. Y dejo a su imaginación el resultado de tamaña incógnita, pero le adelanto que nada tengo que ver con la fabricación de tenedores, cuchillos y cucharas.
Perdone mi osadía, admirado porquero, pero los argumentos “tipo Pavarotti”, por falaces, en nada contribuyen a apuntalar sus tesis. Si alguien fuera capaz de cantar la inigualable "E lucevan l'estelle” sin conocer lo que es un pentagrama, será -siendo realistas - pura casualidad.
Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Málaga, quiero prevenirle en el sentido de que la erudición, con el advenimiento de la Wikipedia, es una habilidad muy devaluada en el formato escrito. Solo conserva un cierto predicamento en su versión oral, más aún si ésta es improvisada. Tan convencido estoy de esta afirmación, que he decidido eliminar de mis estanterías un montón de cochambrosos apuntes manuscritos que ya solo sirven como campo de aterrizaje de insectos o como reservorios de ácaros.
Por último, querido amigo, quiero transmitirle la pequeña decepción que para mí ha supuesto escuchar sus “culturales” referencias astures que en nada se alejan de la tópica Asturias “roja, borracha y dinamitera”. Aunque no le culpo: Al dejar volar mi imaginación, yo lo veo a Vd., -flanqueado por sus lechoncillos palmeros-, bailando sevillanas en un florido tablao.
Bueno, mi querido amigo, me despido antes de que me eche. No quiero monopolizar esta su casa de debate. Lamento extenderme tanto, lo siento de veras, pero posee Vd. una extraordinaria habilidad para tirarme de la lengua.
Un fuerte abrazo
Tordon
PD: Y volviendo a su brillante estilo literario:
I.- ¿Ha publicado Vd. algo?
II.- ¿Estaría dispuesto a dar clases particulares a gentes de otras provincias?

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimadísimo señor:
I- Me abruma usted con su productividad. No sólo mantiene conmigo amena charla, sino que en su blog no para de mantener intercambio con cinco o seis personas. Me disculpará si a veces no consigo ir a su ritmo. Yo también tengo otros quehaceres.
II- Médicos. Me refiero a que el cuerpo humano no es privativo de nadie salvo del que lo detenta, sobre todo en lo relativo a la vida y a la muerte. (Eutanasia, medicalización extenuante, administración de la agonía, aborto… ¿Sabía usted que en Inglaterra a los fumadores y gordos se les pone los últimos en la lista de espera y que en ciertos estados de Norteamérica está prohibido la última voluntad del moribundo si éste desea fumar el último cigarrillo. La cosa iría por ahí, señor contumaz.
III- Tomo nota de que es usted técnico en ayudas a la alimentación. No tengo la menor idea de qué pueda ser su oficio. Lo pensaré.
IV- Tiene usted razón. Pavarotti era un genio. Woody Allen también. Los genios no necesitan demasiados conocimientos técnicos para descollar. Sólo quería advertirle sobre los riesgos de una tecnificación excesiva.
V- Me va a disculpar, pero lo de la Wikipedia no lo pillo. Sí le puedo decir que desde que escribo, me he ido rodeando, sin apenas darme cuenta, de un montón de diccionarios entre los que están mis queridos diccionarios de latín y griego.
VI- ¡Qué le vamos a hacer! ¡Toda mi vida luchando contra localismos y folklorismos y el señor Tordon me coge en un topicazo! ¡Lo siento muchísimo, pero es verdad! La borrachera más hermosa de mi vida fue en su tierra y ¡encima en el descenso del Sella con todo dios cantando el Asturias, patria querida! Le juro por lo más sagrado que es rigurosamente cierto. Si usted, en justa compensación, me ve de corto bailando sevillanas con mis cerdas, tendré que admitirlo. Pero ya sabe usted “la verdad es la verdad…”
VII- Sí señor, hace dos años publiqué una colaboración extensa en un libro titulado “Dictadores en el cine”. Me publicaron un estudio sobre “La muerte como espectáculo” donde analizaba la muerte de Mussolini, Hitler, Franco y Stalin.
VIII- Ahora estoy escribiendo varias cosas a la vez. En estos momentos estoy escribiendo “Gramática del Cuerpo”, que subiré a lo mejor al blog, y una trascripción y comentarios de un poeta amigo mío, Luciano de Olivenza, que escribe poemas al cerdo en régimen de exclusividad. También me gustaría subirlo. Pero de publicar algo yo sólo, aún no me lo he planteado en serio. Por ahora me limito a afilar el lápiz y a corregir mucho. Lo que usted lee en mi blog, son cosas que escribí hace año y medio a manera de hacer mano.
IX- ¡Por supuesto que estaría dispuesto! Sería un honor. Otra cosa sería la forma y el tiempo. Pero es cuestión de ponerse.
X- Un cordialísimo saludo. ¿ Le molestará si le digo que amo la sidra?

Jaime Noguera dijo...

Porquero, ten cuidado, me han dicho que la sidra te deja el sistema inmune hecho un asco y después te mueres, como Freddy Mercury.

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado Noguera:
Gracias por sus desvelos sanitarios,pero supongo que para llegar al lamentable estado del señor Mercury habría que ser sidático y no sídrico.¡hay que ver el inmenso poder que tiene la ERRE.
Un sídrico saludo.

Tordon dijo...

Mi benévolo porquero:
A.- Denominar “productividad” a la ingente cantidad de “mamonadas” que pueblan mi blog, muestra su carácter generoso y su paciencia infinita. Nunca me perdonaría- se lo aseguro- que mi cháchara interfiriera en sus responsabilidades profesionales.
B.- ¿Lo ve? (valga la redundancia).Usted no habla de médicos sino de legisladores. (ley de la eutanasia, ley del aborto, gestión de las listas de espera…) ¿Son ellos sus guardianes de la moral?
C.- En cuanto a mi profesión, tengo una duda: ¿Distorsionar la verdad es una manera de mentir? Tengo la nariz grande, pero me tranquiliza comprobar que no crece.
D.-La referida a Internet, era una simple reflexión en voz alta sobrevenida al leer sus citas.
E- ¡Curiosa casualidad! Allí, en Ribadesella, esa localidad donde Vd. casi pierde la vida ahogado, (encharcado, quiero decir), poseo una casita alejada del mundanal ruido. Un refugio, que, como Vd. entenderá, lleno de provisiones y lecturas para evitar cualquier salida durante las fiestas del Descenso del Sella.
F.- Sus publicaciones me demuestran que no es -como yo- un impostor. Le animo a que continúe con ellas, y le auguro un gran éxito en sus futuros proyectos.
G.-No solo no me molesta que ame Vd.la sidra, sino que queda invitado a tomar la que quiera en mi tierra. Pero, ¡cuidado, no venga en coche!: Algún agente- con alcoholímetro- podría tratar de tocarle los recuerdos…
Un fuerte abrazo

El Porquero de Agamenón dijo...

Dilecto amigo, señor Tordon:
I- Muchísimas gracias por sus halagos y cumplidos. Usted me abruma.
II- Distorsionar la verdad no necesariamente es una forma de mentir. La poesía es precisamente distorsión y, al mismo tiempo, alumbramiento de una verdad superior. Esta mañana he estado escribiendo a propósito de una bellísima comparación del “Cantar de los Cantares” que dice así: “tus pechos son como un par de gacelas jóvenes”. Puedo asegurarle que, si hoy se me fuera concedido el don de contemplar los pechos jóvenes de una mujer hermosa, le juro que, aparte de enmudecer, sólo vería un par de gacelas saltarinas. Los griegos descubrimos que la verdad es mudable y poliédrica y Aristóteles afirmó que la poesía era la forma superior de conocimiento.
III- Está usted muy equivocado. Yo también soy un impostor. Hasta mi alma padece la impostación de la del cerdo. Mi piel cada vez más necesita la humedad perpetua que regule la temperatura de mi cuerpo como la de los cerdos. No tengo rostro, ni tan siquiera puedo cubrírmelo/descubrírmelo como usted. Repare en que mi correo electrónico lleva por nombre fingidor.
IV- No crea que me desagrada la idea de visitar su húmedo país. Ni mucho menos. Amo sus carreteras plagadas de hortensias y la bravura de su mar.
Desde un mar cálido y suave, un fuerte abrazo del porquero.