Mostrando entradas con la etiqueta De la cosa privada.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta De la cosa privada.. Mostrar todas las entradas

viernes, 4 de noviembre de 2016

MECÁNICA KÁNTICA

En la mecánica cuántica el mundo de las partículas elementales se comporta de manera muy extraña. Son al mismo tiempo partículas y ondas, lo cual significa que pueden estar en todos los sitios a la vez. No son, pues, certezas, sino posibilidades. Es el observador quien, en cierta manera, con su observación las "fija", hace predecible lo que por naturaleza es impredecible. Es decir, cuando las partículas se sienten "observadas" se comportan según las leyes que conoce el observador.

Kant estableció que, aunque existe el mundo, éste no puede ser conocido en sí como noumeno sino como fenómeno, como aparición, y que existe, en tanto que es observado por un sujeto. Sí ahora mismo cae un árbol en un bosque a cinco kilómetros, no oiré el ruido, no existirá la caída como tampoco el árbol. Es el sujeto quien, con su observación, constituye el objeto. La razón,con sus apriorismos,fabrica la realidad...
Ergo, Kant es el más ilustre precedente de la física cuántica. Filosofía y Física, unidas, como en los tiempos antiguos de los griegos ¡Evohé, evohé!

miércoles, 13 de julio de 2016

CÁLCULO DE PROBABILIDADES

.



Es bastante probable que un cúmulo de acciones conscientes y correctas produzca acciones inconscientes pero correctas.
(Por ejemplo, si cuando en época de bonanza, uno ha llevado una vida austera, es posible que se pueda sobrellevar una crisis).

Por contra, de una serie de acciones incorrectas e ¿inconscientes? es absolutamente imposible que se produzca una acción correcta. Lo más probable es que devenga una catástrofe.

(Quien mucho abarca -hipotecas, viajes, restaurantes, plasmas, préstamos-, en poco tiempo le aprietan).

martes, 14 de junio de 2016

LA GRUESA LÍNEA IDEALISTA.


Pitágoras, Parménides, Sócrates ¿platonizado? Platón y los neoplatónicos, San Agustín y el cristianismo, Descartes, Spinoza (pero con ciertas precauciones) el meapilas Leibniz, Kant (el honesto Kant, incapaz de entender a Dios por la pura razón)...y Hegel o el fin de la filosofía (idealista se entiende).

Después viene el martillo de Nietzsche y se arma la de Dios(nunca mejor dicho. Gott ist tot) en Cristo.
"El cristianismo es platonismo para las masas"

lunes, 13 de junio de 2016

PÍNDARO POSTMODERNO

"LLEGA SER QUIEN ERES" 
(En quince minutos).

viernes, 27 de mayo de 2016




Hombre de negro arreglando el jardín. 
(Una forma , como otra cualquiera, de ordenar su alma y disponerla para escribir).

viernes, 25 de marzo de 2016

TOLERANCIA Y BUENISMO

.

.
La tolerancia es el producto más excelso de la racionalidad.
El buenismo es el resultado de la debilidad y el relativismo.
El buenista todo lo iguala y equipara porque tiene miedo a decidir.
La confusión es su estado perpetuo. Antes que señalar al otro, el buenista prefiere culparse a sí mismo de todo.
La racionalidad elige y selecciona porque no tiene miedo a tomar decisiones. El esfuerzo por ser lúcido es consustancial al espíritu racional, quien sabe asumir el error propio con la misma naturalidad con que señala el error del otro.

Conclusión: Ser tolerante no significa en modo alguno ser buenista. No hay que confundir las churras con las merinas ni espíritu con religión.

lunes, 2 de febrero de 2015

VANITAS VANITATIS

LA VANIDAD ARRASA CUALQUIER INTELIGENCIA

lunes, 12 de enero de 2015

DESEO

Quisiera tener un alma-zen donde cupiera todo
.

lunes, 29 de septiembre de 2014

GENTE TÓXICA.





Una de las características básicas de la gente tóxica es que produce adicción. Quizás sea porque todos tenemos la misma sustancia que ellos, sólo que en dosis bastante menores. Incluso es posible que la sustancia sea beneficiosa en cantidades pequeñas. Lo que para nosotros es un remedio, para ellos constituye un veneno que puede ser nuestro si no tomamos las debidas precauciones.


sábado, 30 de agosto de 2014

TIEMPO Y RECUERDOS


Llega un tiempo en que es preferible no saber ya nada acerca de los rostros que nos acompañaron. Es nuestro deber y salvación mantenerlos incólumes a través de los recuerdos. 

miércoles, 20 de agosto de 2014

VIDA.


Básicamente mi limito a vivirla y a pensar sobre ella...¡Y no estoy dispuesto a renunciar a ninguna de las dos cosas!

martes, 19 de agosto de 2014

EUFEMISMOS.


No hay eufemismo que no oculte una verdad o un dolor.

jueves, 27 de marzo de 2014

FINAL FELIZ

 
Tras muchos años de casados habían conseguido salvar su unión. Sustituyeron el sexo por el humor.

viernes, 21 de marzo de 2014

OFICIO Y TIEMPO.

 
Un artesano es un ser elegante que trabaja en complicidad con el tiempo.

jueves, 6 de marzo de 2014

CÁRCEL DE AMOR.


Cautivos por las imágenes primeras, toda ensoñación posterior es mera confirmación.

viernes, 28 de febrero de 2014

LA VIDA COMO PROYECTO.


Dar sentido al sinsentido.

El sentido está en las pequeñas cosas.

Las pequeñas cosas son trascendentes.

Trascendencia, engaño necesario.

viernes, 14 de febrero de 2014

EL ORACULILLO DEL PORQUERO

MENOS REFLEXIÓN Y MÁS PENSAMIENTO.

viernes, 7 de febrero de 2014

LA MEDIDA DEL AMOR.

Una palabra de amor tuya bastará
para engañarme.

martes, 21 de enero de 2014

LA CIUDADANA INFANTA DOÑA CRISTINA.

Análisis republicano-gramatical de este sintagma un tanto extraño.


La ciudadana infanta doña Cristina es un sintagma nominal bastante complejo, no por el nombre en sí de Cristina sino por las relaciones un tanto contradictorias entre los sustantivos: ciudadana, infanta y doña. Cabría la posibilidad de acortarlo de esta manera: La ciudadana doña Cristina, sintagma más sencillo y popular que refleja un republicanismo bastante moderno. Nada que ver con el republicanismo antiguo, por revolucionario y francés,  de cuando los sanculottes de Marat y la guillotina de Robespierre ni tampoco con el republicanismo segundo de cuando Azaña y la España alpargatera y quemaiglesias.

La ciudadana infanta doña Cristina es un sintagma nominal de tránsito entre la imputación de Cristina, como su propio nombre indica, y la desimputación inmediata por intermediación del fiscal real (la infanta Cristina está imputada quien la desimputará el buen desimputador que la desimputice etc).
La ciudadana infanta doña Cristina es un dilema, un sinvivir entre la sinrazón del Estado Monárquico y la razón democrática de un pueblo harto de su clase dirigente que, partiendo de la Santa Transición, derivó hacia el Mandarinato y el Contubernio.
Resulta reveladora la imagen del Parlamento Español aplaudiendo con franco entusiasmo la entrada triunfal de su Majestad Inviolable e Irresponsable porque, en el discurso navideño, mil veces repetido hasta la saciedad, había introducido, en pleno Undangarinato, la novedad epistemológica de que la justicia era igual para todos. El delirio.

Poco después, respaldado sin duda por tanta adhesión inquebrantable, Su Campechana Majestad no tuvo ningún inconveniente en aplicar Su peculiar sentido de la justicia ajusticiando, mediante certero disparo, a un elefante africano mientras su pueblo era esquilmado y desahuciado. “Lo siento mucho, no volverá a ocurrir” dijo el hospitalario monarca de movilidad reducida a una audiencia avejentada por la ausencia alocada de la la loca juventud que, ya por entonces, practicaba locamente la movilidad exterior.
Y así transcurrían los tiempos diferidos y simulados hasta que a un juececillo valiente le dio por aplicar al nombre propio de Cristina la justicia real y marital y es justo aquí cuando empieza a construirse por sí sola la gramaticalidad ambigua del sintagma extemporáneo, objeto de comentario.

Porque veamos:
CRISTINA
Es un nombre propio bastante común hoy en día que adquirió carta de naturaleza en el siglo XIX gracias, por un lado, a María Cristina Borbón-dos Sicilias, viuda del rey felón Fernando VII, madre de la reina castiza Isabel II, regente durante su minoría de edad, casada morganáticamente en secreto con un sargento de corps que la preñó numerosas veces y con el cual tuvo turbios negocios relacionados con la sal, el ferrocarril y el comercio de negros, y por otro lado tenemos a María Cristina de Habsburgo-Lorena, madre del futuro Alfonso XIII, que fue continuamente engañada por Su Priápica Majestad don Alfonso XII, quien en su lecho de muerte, inmortalizó su nombre mediante esta histórica advertencia: “Cristinita, guarda el coño y de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas” que es como si dijera “Y del PP al PSOE y del PSOE al PP”, dicho sea sin ofender a los militantes socialistas de base, ya que los otros jamás se sentirán ofendidos.

DOÑA
Es sustantivo un poco adjetivado que actualmente hace mención a un estatus social alto, aunque no tendría por qué. En los tiempos antiguos todo el mundo se llamaba de usted si no había comido junto en la misma mesa. Don y Doña eran muestras de respeto hacia la gente mayor a la que le importaba un pimiento ser lo que eran; viejos o ancianos. Jamás de los jamases se les hubiera ocurrido llamarse con el eufemismo tonto de “tercera edad”. A ningún viejo se le ocurría decir a un joven “No me llames de usted ni de don que me haces viejo”, con lo cual fueron los propios viejos modernos los que deseducaron a una juventud cada vez más despistada.
Doña con el artículo la, “la doña”, se refería a la dueña, que venía a significar mujer con intenciones eróticas. De ahí el precioso verbo “doñear” que significa arrimarse a la mujer, cortejarla con fines explícitamente sexuales aunque no necesariamente reproductorios.
Posteriormente pasó a ser un sustantivo-báculo del nombre propio, don Mariano, doña Soraya, que junto a “señor” y “señora” sustentaban la vieja educación. Nada de eso existe ya. Ahora, por ejemplo, para referirse al presidente del gobierno se le aplica el feísmo “Presidente Rajoy” y no “señor Presidente” que es como los ingleses suelen hacer, porque son amantes de las viejas tradiciones y de echar sapos y culebras por sus boquitas cuando se enfrentan en el parlamento. Lo uno no está reñido con lo otro. Aquí sí.
Por lo tanto, parece que el don y la doña o señor y señora han quedado como arcaísmos o viejismos aristocráticos que se aplican sólo a personas de alcurnia y ringorrango. De ahí doña Cristina.
Llamar doña Cristina a doña Cristina, implica pues, en esta España vulgar y zafia una actitud muy condescendiente y mamporrera con respecto a la monarquía.  Denota en el individuo o individua que lo usa una clara tendencia al felpudismo (no confundir con felipismo).
El felpudismo es una actitud de pueblo encadenado y borbónico, amante de la seudodemocracia y el turnismo, como maneras de encubrir lo de siempre; el caciquismo y la corrupción.

INFANTA.
Sustantivo adjetivado que tiene su miga. Desde un punto de vista estrictamente lingüístico, infanta debería hacer sólo alusión a un miembro del sexo femenino aún no desarrollado, lo mismo que infante con respecto al género macho. De infanta e infante viene el adjetivo infantil y el sustantivo infantilismo, tan de moda en nuestros días.
Pero infanta significa también, y sobre todo, hija legítima de un rey o esposa del infante, que por motivos lógicos, es asimismo hijo legítimo de rey.
Famosa es la deformación inglesa del españolísimo sintagma nominal Infanta de Castilla , aplicado a Doña Catalina, hija de los Reyes Católicos, quien primero casó con Enrique VII de Inglaterra y después, tras su muerte, con su hermano menor, el anglicano follador Enrique VIII, célebre por sus series televisivas, sus mujeríos y sus decapitaciones.
Pues bien, ante la imposibilidad de pronunciar bien su nombre, los ingleses lo britanizaron: Elephant and Castle, donde Infanta deviene premonitoriamente en Elefante (Pensar que ya desde el XVI nos habían tomado los ingleses la medida a los españoles me produce escalofríos históricos) y Castle es, como su propio nombre indica, Castillo. Actualmente Elephant and Castle es un barrio no muy recomendable de Londres.
Antes de ser desahuciada por Enrique VIII, la infanta Catalina, le dio una sangrienta hija, María Tudor que ensangrentó todo el país con sangre protestante. María la sangrienta, la llamaron con toda propiedad los ingleses y, ya de paso, bautizaron un coctel a base de tomate muy rojo con su nombre: Blody Mary.
O sea, y resumiendo, que el sustantivo Infanta es un nombre maldito desde hace mucho tiempo por lo cual sería aconsejable eliminarlo para siempre de nuestra historia de la lengua. 

CIUDADANA.
Hermoso sustantivo, limpio y claro como el cielo azul en el sur. Me pongo poético porque ciudadano/a es nombre igualitario que a todos equipara como sujetos de destino histórico, individual y colectivo, y no como súbditos, sujetos y atados al destino sexual y reproductivo de los reyes. Súbdito implica yugo y el yugo se hizo para los bueyes.
Ciudadano y política tienen un origen común, pues ambos vienen del sustantivo ciudad como espacio no sólo físico sino simbólico donde el ser humano puede y debe desarrollarse en libertad. La civitas latina y la polis griega son nuestro pasaporte histórico y lingüístico que nos conducen irremediablemente a la gramática parda del sintagma nominal construido a partir del nombre propio Cristina, enraizado en el sustantivo liberalizador y comunitario de ciudadana.
Hay en  ciudadana Cristina olor de pan recién hecho. Ciudadana Cristina trasmina sentido común frente a los privilegios medievales y las corrupciones ancestrales. Liberté, egalité, fraternité proclamban los gabachos antes de napolizarse.
Acojamos pues fraternalmente a doña Cristina, depositémosla igualitariamente en el sintagma nominal la ciudadana Cristina y llevémosla sin ensañamientos innecesarios a los tribunales para que estos, en uso de su libertad protegida por las leyes, la juzguen.



viernes, 10 de enero de 2014

ACEPTACÓN.

Para una persona inteligente no hay derrota más dulce que ser vencida por su propia inteligencia.