viernes, 24 de abril de 2009

THE OBSERVER.

Los hombres se dividen en dos; los que se exhiben y los que se guardan. Los que se exhiben bailan al son que les tocan, son extremadamente ruidosos en sus manifestaciones y odian el silencio porque les remite al vacío. Necesitan destacar por entre las cosas del mundo porque así creen que viven más.
Los segundos son expertos en grietas y dueños de sí mismos. A medida que avanzo en el tiempo, me oscurezco más. Dejo de ser para perderme en medio de la vorágine de cuerpos que pasan. Soy una atalaya, un lugar privilegiado desde el que observo el tiempo de los otros. Me aparto de su tiempo lleno de proyectos de futuro como así llaman al abismo. Su ansiedad por el paso del tiempo les hace asegurarlo mediante reduplicación innecesaria. ¿Hay algún proyecto de pasado? Tiempo repetido, pleonasmo de tiempo que gira sobre sí mismo y, en su girar vertiginoso, tan sólo escupe barro que no es tierra donde cultivar simiente sino tierra perdida, tierra tan estéril como el tiempo que emplean para huir del tiempo.


4 comentarios:

Tordon dijo...

Interesante reflexión, estimado Porquero, sobre la conciencia temporal.
¿Cuándo nos daremos cuenta de que no es el tiempo el que pasa, sino que los que pasamos somos nosotros?
”Nosotros somos el tiempo”-recordaba sabiamente Buero Vallejo.
Y la volatilidad del futuro nos hace vivir en una continua ilusión, en una quimera, en un engañoso mundo que se nutre de la infantil esperanza de no parecer rezagados.

Saludos cordiales

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Tordon.
I-Muchas gracias por su elogioso comentario tan bien escrito por otra parte.Está claro que hoy estamos versallescos.
II-Ha dado usted en el clavo con lo de"infnatil esperanza".Ahi está la madre del cordero.
III-La infantilización galopante campa por todos lados y afecta a mucha genta¡Ay de estos treintañeros-cuarentañeros que lo invaden todo con sus problemillas de andar por casa y sus gracias tan molonguis.
IV-Me resulta patético verlos gritar culo-codo en el horrible programa de la Cuatro.
V-La producción industrial de peterpanes es sobrecogedora.Se trata de huir de la muerte produciendo ruido.¿Se ha fijado en lo ruidosa que es esta sociedad que mas bien se parece a un comedor escolar?
VI-¿Cuántas cirugías para tapar las grietas del tiempo?No son grietas del tiempo,son,tiene usted razón,grietas de un alma infantil que desea que le cuenten siempre el mismo cuento como si el tiempo estuviera detenido?¿Quë es si no el friqui sino un tapón en el tiempo?¿A qué se debe su emergencia y su preponderancia en esta sociedad?
VII-A medida que cumplan años,irán sufriendo más.
VIII-La huida de la muerte es el norte y guía de esta sociedad desnortada¿Se ha percatado que ya no existen enfermos ni pacientes sino usuarios de la seguridad social y que cuando una enfermo muere los médicos hablan de EXITUS.¡Dios mío,que perversión del lenguaje!
VIII-Este texto pertenece al PORQUERO DE AGAMENON,que es una reflexión sobre el tiempo.

Desde Versailles,mom ami,el Porquero.

Argax dijo...

Leo y busco en tus palabras la entrada a la antigua y transitada torre de marfil. Cada uno se guarda a su manera, yo también gusto de aparcar mis huesos en un rincón y observar como los demás gritan y con la voz engolada venden las virtudes de sus existencias sin saber que con esa misma actitud se perjudican pues no ven su vida en toda su extensión. Hoy todos tienden a ver lo bueno de sus andanzas y rechazan lo negativo para no sentir esa sensación que es el ogro de nuestro tiempo: el fracaso. Por eso huyen y dejan pasar el tiempo, retrasan lo inevitable y como bien dices, tarde o temprano acaban topándose con el vació que han ido engendrando, con el ogro.

Como siempre un placer leer sus disquisiciones con Mr. Tordon

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señór Argax.
I_Gracias por acudir a este blog.Su nombre tiene un aire antiguo de reminiscencias clasicas.
II-Quizás la única manera de combatir la posmodernidad del vacio disfrazada de utilidad(la literalidad de la que usted habla en su última entrada), sea volver un poco a cierto clasicismo amigo de distinguir las voces de los ecos.
II-Esta sociedad es ruidosa por rimbombante, muy poco dada a convivir con el fracaso.
III-Si la gente reconociera el fracaso y lo incorporara con naturalidad a la vida quizás nos ahorraríamos tanta depresión más o menos encubierta que asola al personal.
IV-Euforia y depresión.Dos caras de una misma moneda.
V-Me resuta muy agradable que usted también tercie en las discusiones porquero-tordonianas.
Un abrazo.