viernes, 3 de julio de 2009

LIBROS, PISTOLAS, ESPEJOS, TIGRES.

Es increíble nuestro instinto para apoderarnos de objetos que no nos pertenecen. Tengo amigos a los que es imposible prestarles libros a no ser que uno quiera renunciar de antemano a recuperarlos. Me refiero a esos libros que forman parte esencial de nosotros. Libros imprescindibles que, en un momento de euforia, sacamos del anaquel para depositarlo amorosamente en las garras del amigo. En el mismo momento de la entrega sabemos dolorosamente que no es un préstamo sino una pérdida.
Pasarán los meses y los años. Del libro prestado sólo quedará el vacío en el estante que ocupó. Grieta que grita en medio del maremágnun multicolor de otros libros que de ningún modo ocultarán su ausencia. Sabemos con seguridad matemática las excusas del amigo y el alargamiento de la devolución hasta el final de los tiempos. Ni tan siquiera nos serviría ponerle una pistola en el pecho. Bajamos, pues, la pistola, la desamatillamos y guardamos la bala para cuando nos invite a cenar a su nueva casa con su mujer nueva. Mientras damos un repaso general a su librería, mantenemos la mano en el bolsillo que oculta la pistola con la bala dentro, dispuesta a obedecer a un amo que espera con la paciencia del tigre al brindis por los recién amancebados para descargar mortífero fuego.

Es entonces cuando nuestro amigo, borracho de felicidad, habla del libro que le ha cambiado la vida. Uno asiente a cada palabra con beatífica sonrisa mirando de soslayo a la mujer nueva hasta que el amigo se levanta, va a la estantería y saca el libro. Aún no sabe que está produciendo la grieta definitiva hasta que lo deposita suavemente en la mano nuestra que no acaricia la pistola porque ya no hace falta. Sólo en el momento de la deposición del libro suyo en nuestra mano, el amigo será dolorosamente consciente de su pérdida para siempre. Aunque se haga jurar su retorno bajo solemne juramento, sabe que es intento vano. Nuestro rostro compondrá a la perfección la máscara de la inocencia ensayada en la oscuridad del lecho. Nuestras palabras sonarán verdaderas para decir cómo se le ocurre pensar que no le vamos a devolver el libro que, por supuesto, no devolveremos por dos motivos:
Uno. Porque el placer de la venganza es inigualable y se sirve en libro frío ya del calor del dueño y de su mano que empieza a ser desconocida a medida que va haciendo el traslado a nuestra mano que albergará maternalmente el libro privado ya de la memoria de a quien perteneció. Dos. Porque nuestro amigo no es nuestro amigo sino el espejo que refleja exactamente al depredador primitivo que somos. Nuestro deseo es el deseo del otro que desea lo mismo que nosotros. Por lo tanto, no puede haber traición sino obediencia ciega al derecho de caza. Ahora se llama libro, transposición culturalmente aceptable de la hembra, a quien deseamos por ser ella quien es y con quien copularíamos a la menor oportunidad en que nuestro amigo bajara la guardia o a que ella, sabiéndose deseada en la duplicidad del cristal, desviara ligeramente el ángulo del espejo para que apareciera la imagen del otro y así pudiéramos soñar que leemos el libro de nuestro amigo en medio de la desnudez de una mujer, la suya, que nos pertenece por derecho propio.

11 comentarios:

Tordon dijo...

Divertido circunloquio el suyo,estimado Porquero, para recordarnos que un libro- como la mujer, el coche y la estilográfica, especialmente lo primero-no deben prestarse ni al mejor de los amigos.
Salu2

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado Tordon.
I-Muchas gracias por el elogio.
II-No había caido yo en que fuera un divertido circunloquio fuertemente perifrástico de la santisíma trinidad(mujer,coche,libro o pluma)
III-¡No sabe usted lo que me agrada que a veces lo que escribo resulte divertido!
IV-Mi ideal como escritor de tercera fila con pretensiones de segunda sería disponer, al menos, de un sentido del humor a prueba de mí mismo y de mis contundencias y rotundidades.
V-Aunque esté muy de acuerdo con muchas de las opiniones de los santos pontífices Saramago o Gúnter GRass,la verdad es que me cansan bastante sus continuas arengas sobre lo mal que va el mundo.En fin...
VI-Y ahora una de cotilleo cochino.
Vengo yo barruntando desde hace algún tiempo que,a tenor de sus críticas acerbas pero muy educadas cuando hablo de religión más, a lo que parece,sus conocimientos sobre el latin que usted despliega con suficiencia y naturalidad,digo yo si no habrá sido usted seminarista de seminario católico que,a tenor de su bien parecido semblante más el muy agradable y bello semblante rubio de su esposa catalana, no hubiera sido usted abducido y secuestrado cual libro por ella dejando al seminario con un palmo de narices y más teniendo en cuenta su gusto por la buena vida,gusto que comparto enteramente junto a todos los monjes y curas de todas las religiones.

Tordon dijo...

Sí, me ha descubierto usted, sagaz Porquero: Justo cuando iba a ser ordenado obispo de Vilanova y la Geltrú , una catalana me confesó que yo le gustaba más que el "pá-tomaquet amb pernil".
Y no era plan de desairar a una rubia con tan buen gusto...

Aunque en caso de no haber pertenecido yo al clero, podría haberme ilustrado sobre las locuciónes latinas en cualquiera de los innumerables libros "ad hoc".

Salu2 cordiales y buen finde

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Tordon.
Le ruego encaredidamente que,a la mayor brevedad posible,me envíe una lista de libros ad hoc que nunca prestaré por ningún motivo.
Un abrazo

Alicia dijo...

Estimado Porquero y no menos estimado Tordon:
Indignada me hallo leyendo eso de la santísima trinidad que no hay que prestar ni al mejor de los amigos.
Con sus plumas, libros y coches, hagan lo que quieran, pero sus mujeres tienen vida y capacidad de decisión propia ¿no? (y la mujer del amigo, también).

Besos algo airados a ambos,
Alicia

(no se pueden transcribir tonos, espero que capten la jocosidad del asunto, aunque la bronca sea en serio) ;-)

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimada señorita Alicia.
I-Resulta evidente que la mujer tiene su capacidad de decisión propia para dejar o no dejar al marido a su amiga más querida.
II-Pero,en este caso,el sujeto narrador exactamente coincide conmigo mismo y mi mismidad cochinamente machista.Quiero decir que quien escribe soy yo,con mis limites,mis decadencias y mis lacras y no una ONg solidaria,igualitaria y multicultural.
III-Quiero con ello decir que la única forma de practicar literatura es desde la más estricta subjetividad auque el sujeto esté capitidisminuido y limitado.
IV-Posiblemente esté equivocado, pero entre practicar literatura o buenos sentimientos políticamente correctos,he optado por lo primero.
V-Le recuerdo la autodefinición informal que, a guisa de lema,orla mi blog.
VII-No obstante lo cual,estoy más que dispuesto a perder toda mi subjetividad y objetivarme lo más que pueda,si mi mujer,ojalá quieran los dioses,quisiera prestarme a algunas de sus amigas,cosa que dudo mucho,no por mi valor sino por su orgullo.¿Qué sería del amoR sin el necesario sentido de la posesión?
(Imposible traducir el tono pero espero que capte mi querida señorita la jocosidad del asunto aunque la broma vaya en serio).

Alicia dijo...

Amor y posesión son para mí dos términos antagónicos, no los concibo juntos. De ahí mi diatriba.
Del resto de la suya, vale. Pero no me mezcle lo políticamente incorrecto con machismo y posesión de personas, OK?, que no tienen mucho que ver.
¿Por qué no puede uno salir de su mismidad a la hora de escribir? ¿Fingir, impostar, imaginar?

Besos jocosos,
Alicia

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimada señorita.
I-Amor y posesión son dos términos complementarios.
II-Otra cosa es la dosis.Ahi cabe alguna variación pero no mucha.
III-No somos tan libres como nos creemos.Ya Freud estudió el efecto benéfico de los celos.
IV-No podemos salir de nuestra misma mismidad a la hora de escribir por la misma razón que usted ni yo podemos cambiarnos el nombra cada día.
V-Por otro lado si pudiera salir de mis misma mismidad,no tendría ningún inconveniente en ser GArcia Marquez,Saramago y no un escritor de tercera fila.
VI-Escribo para conocerme y reconocerme.No tieme ningún sentido que finja ser otro.¿Para qué?¿Para quién?
VII-Escribo en el registro que me siento más cómodo para mí,no para los demas.De ahí que a veces los demás y yo no coincidamos en nuestras apreciaciones sobre lo correcto y lo incorrecto.No puedo evitar mezclarlo todo.
Reciba un cordial saludo dominguero del Porquero.

Alicia dijo...

Le prometo contestarle como se merece esta noche, porque ahora me voy a dar un paseíto.

Besos en espera,
Alicia

Alicia dijo...

Le copio un poema de A. García Calvo, que probablemente conozca, que dice mucho mejor que yo eso del amor y las posesiones:

Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.

Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.

Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

Si escribiera como García Márquez, sería Gª Márquez o bien el Porquero imitando al susodicho (a Saramago le obvio, que ha escrito cada peñazo intragable...); yo planteaba fingir en la escritura, que uno está triste, por ejemplo, o ponerse en el lugar de un otro, imaginarse. Piense en cualquier cuento de Cortázar. ¿Para qué? Para nada, probablemente, lo mismo que escribir desde una misma mismidad. Por el puro placer de juntar palabras y transcribir ideas, emociones. Por transgredirnos a nosotros mismos y a nuestros estrechos límites vitales. Por ejemplo.

Un beso,
Alicia

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimada señorita Alicia.
I-Hermosísimo poema que alguien que no recuerdo ahora musicó.
Efectivamente lo conocía,como también conocía al señor García Calvo al que leí y admiré mucho.A alguna que otra recitación suya asistí con su recitado cuantitativo latino.A mi modo de ver el poema marca un imposible,un deseo irrealizable como el gran poema metafísico amoroso de Julio Salinas LA VOZ A TI DEBIDA.
II-Hablan del amor como experiencia total más allá de los amantes,es decir,del amor puro que habita en la caverna de Platón. el amor como Idea.Jugar poéticamente con lo absoluto me parece igualmente tan legítimo como jugar con un amor aparentemente más físico como Bukovski.
III-Salinas habla de la delicia de habitar en los pronombres puros, libres de la anécdota,es decir,la carnalidad de los amantes.Sin embargo Salinas inteligente y poéticamente obvia que en el lenguaje existen los adjetivos posesivos tan necesarios para atar a los prononbres a la realidad.Así frente a la idea de Padre o él que, en cuanto idea, da cobijo a todos los padres del mundo,existe mi padre individual y único que me pertenece como yo le pertenezco a él.No sólo es una cuestión de biología,es también cuestión de biografía.Insisto en que como juego poético que marca un absoluto irrealizable uno puede soñar en los pronombres libres y puros sin posesivos.La realidad,usted lo sabe,es bien distinta.Necesitamos la posesión como también necesitamos la pertenencia a un grupo porque no somos entelequias sino aimales sociales.
II-En cuanto a Saramago,totalmente de acuerdo con usted.García Márquez ya no me gusta.hace tiempo que le pillé el truco.Posibñemente estemos hablando de lo mismo con distintas palabras y si no es así tampoco pasa nada.
III-Sólo me queda indicarle que soy experto en fingimientos.De hecho en mi email figura la palabra fingidor.
Un beso muy fuerte y gracias por su colaboración en este blog.