lunes, 20 de julio de 2009

CONFESIÓN.

A veces utilizo como excusa a mi hijo para permitirme placeres que mis prejuicios me impiden.

6 comentarios:

Alicia dijo...

Y yo también. Y eso que mis prejuicios son escasos...
Más placeres para unir a mis vicios.

Un beso,
Alicia

Tordon dijo...

Me alegra comprobar que no soy el único.
Yo también lo hago.
Por cuadriplicado.
Aunque la coartada no siempre es perfecta: En ocasiones, ellos me sorprenden con un demoledor "papá, te lo ruego, no hagas tonterías..."

Salu2

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimadísima señorita.
I-¡Ojalá pudiera decir como usted que mis prejuicios son escasos!Cada vez estoy menos seguro,
II-Lo que sí tengo claro es que uso a mi hijo descaradamente y me doy cuenta.Algo es algo.
Un muy cordial beso desde México D.F.

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimadisimo señor Tordon.
I-Efectivamente tiene usted razón.No hay que hacer las tonterías que ellos hacen porque si las hacemos nosotros sufren verguenza ajena.
II-Por otra parte tampoco hay que oscurecerlos con nuestra pesada y larga sombra.
III-Pero también quieren al mismo tiempo que estemos cerca aunque no demasiado porque entonces nos ponemos pesados...¡En fin!
III-A menudo los hijos se nos parecen...¿¿Cuátas veces me sorprendo a mi mismo en los gestos de mi hijo!
IV-Por cuadruplicado debe ser la hostia.
Un fuerte abrazo desde México del Porquero Pendejo.¡Órale y pórtese bien padre con sus hijos y con usted!

Argax dijo...

Y tus hijos mientras tanto juegan a ser mayores acompañándote en algunas ocasiones que ellos ven como la oportunidad de demostrarle a papá lo grande que soy.
Es un doble juego justo y equitativo, a jugar...

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Argax.
I-Imposible discrepar.
II-Ha acertado usted de lleno.
Un saludo desde México del Porquero.