viernes, 7 de noviembre de 2008

LAS COLUMNAS III.


XIX- La infinitud de Dios cabe en la infinitud de límites.



XX- La infinitud de límites no cabe en Dios.



XXI- Para la religión Dios es el límite.



XXII- Para la razón, Dios es un límite ficticio que impide la conciencia de la infinitud de límites.



XXIII- El conocimiento es, pues, la conciencia insobornable de que los límites son infinitos.



XXIV- La religión es la negación del conocimiento por la presencia de Dios como límite.



Coda:
I- La razón puede concebir perfectamente que los creyentes crean en Dios, pero es absolutamente inconcebible para los creyentes pensar que hay gente que no cree en Dios. Debe constituir para los creyentes un hecho tan asombroso que sólo pueden achacarlo a una falla esencial.

II- Es cierto que existen creyentes muy dotados y preparados intelectualmente; científicos, filósofos, artistas, que hacen un uso extraordinario de la razón en los diversos campos del conocimiento. Su creencia en un Ser Superior delata la persistencia de un fortísimo anclaje en la infancia que opera en su sique como refugio inexpugnable del pensamiento mágico. La pregunta que un no creyente debe hacerse con estos creyentes tan dotados es: ¿Adónde habrían podido llegar en los diversos campos del conocimiento si no hubieran tenido la rémora de la religión?



III- Ni que decir tiene que, cuando me refiero a la religión, aludo a los tres grandes monoteísmos; judaísmo, cristianismo, islamismo. La unidad promueve el límite y conduce inexcusablemente al fundamentalismo. Las religiones plurales de dioses varios promueven una amplitud de límites y una cierta ironía. No hay que olvidar que mis queridos griegos instauraron la democracia en el mismo impulso en que crearon la divinidad múltiple.

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