
I-Te amarás a ti mismo sobre todas las cosas. Dios no existe. Es una metáfora. Sólo desde tu egoísmo podrás entender el de los demás.
II-No tomarás el nombre de nadie en vano ni te otorgarás representación alguna de nada. Hablar en nombre de los demás constituye un acto de soberbia y una estupidez. Limítate a representarte a ti mismo, si puedes.
III-No santificarás ni los días oficiales programados en los parlamentos, ni las fiestas religiosas instituidas desde los templos. Sólo te regocijarás con tus días y tus noches. Que el azar presida tus placeres.
IV-Honrarás a tu madre y a tu padre. Comerás su comida y vivirás bajo su techo el tiempo que dicte tu deseo irrenunciable de independencia. Más allá de ese plazo, corres el riesgo de convertirte en un castrado.
V-No matarás salvo en caso de legítima defensa tuya y de los tuyos. Por otro lado, tu vida te pertenece a ti. No has nacido para sufrir. Podrás disponer de ella, si razonablemente consideras que la carga de dolor es superior a la de placer.
VI-No cometerás actos impuros contra la inocencia o el deseo de los demás. Establecidos estos límites, puedes permitirte transitar libremente por el catálogo de las perversiones.
VII-No robarás nada a nadie salvo en caso de necesidad. Tampoco te robarás a ti mismo desperdiciando el tiempo que se te ha concedido.
VIII- Podrás consentirte todos los pensamientos y deseos puros e impuros que tu imaginación permita. No todo lo que imaginas puede, ni tiene por qué ser llevado a la realidad.
II-No tomarás el nombre de nadie en vano ni te otorgarás representación alguna de nada. Hablar en nombre de los demás constituye un acto de soberbia y una estupidez. Limítate a representarte a ti mismo, si puedes.
III-No santificarás ni los días oficiales programados en los parlamentos, ni las fiestas religiosas instituidas desde los templos. Sólo te regocijarás con tus días y tus noches. Que el azar presida tus placeres.
IV-Honrarás a tu madre y a tu padre. Comerás su comida y vivirás bajo su techo el tiempo que dicte tu deseo irrenunciable de independencia. Más allá de ese plazo, corres el riesgo de convertirte en un castrado.
V-No matarás salvo en caso de legítima defensa tuya y de los tuyos. Por otro lado, tu vida te pertenece a ti. No has nacido para sufrir. Podrás disponer de ella, si razonablemente consideras que la carga de dolor es superior a la de placer.
VI-No cometerás actos impuros contra la inocencia o el deseo de los demás. Establecidos estos límites, puedes permitirte transitar libremente por el catálogo de las perversiones.
VII-No robarás nada a nadie salvo en caso de necesidad. Tampoco te robarás a ti mismo desperdiciando el tiempo que se te ha concedido.
VIII- Podrás consentirte todos los pensamientos y deseos puros e impuros que tu imaginación permita. No todo lo que imaginas puede, ni tiene por qué ser llevado a la realidad.
3 comentarios:
Siempre me sorprende.
No sé como lo logra, tendré que investigar-lo
Un abrazo
Y me sigo sorprendiendo...
Me quedo con el décimo, especialmente
Felices sueños
Supongo que se refiera al VIII.Muchas gracias
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