lunes, 21 de septiembre de 2009

EL PORQUERO ENCUENTRA A DIOS EN LONDRES I

¡Evohé! ¡Evohé!
¿Cómo escribir de ti sin nombrarte? ¿Deberé recurrir a cualquier procedimiento que te aluda de forma indirecta? (¡Jamás la previsible recta, tan desnuda de misterio! Si los mismos dioses adoptaron impostores rostros para darse a conocer, ¿Quién soy yo para nombrar rectamente lo innombrable?). Mejor avenirse a la sucesión de curvas y laberintos que encierran lo secreto.

Por otra parte, ¿no requiere la escritura de artificio que la aleje de la necesidad de nombrar lo primario? La gramática es sagrada pues refleja el rostro de los dioses. Por eso tú, dios entre los dioses, creaste el signo y esculpiste muros y paredes. (No sólo instituiste la escritura sino también la piedra). Así inventaste la inmortalidad de los faraones para construir pirámides y también levantaste otros dioses y otras pirámides para que los mayas, medidores del tiempo, predijeran los eclipses. En otros lugares fuiste aclamado Señor de las Seis Gramáticas. Durante un tiempo desapareciste para resurgir levantando inmensas catedrales que erigieron maestros de obra y arquitectos que dieron lugar a las secretas logias.Siempre fuiste un conspicuo constructor de tumbas y héroes. De dioses también. Tú les pusiste sus nombres, estableciste sus orígenes y sus relaciones sin olvidarte de darles una muerte y una resurrección que los aproximara a los hombres y a su incesante angustia. A los más dotados de entre ellos les diste la ciencia para que prolongaran sus días y el arte para que pudieran calmar su sed de Absoluto. (Todo hombre, desde el más sabio al más ignorante, es consciente de su propia muerte. Sólo arte y religión ejercen de seguro lenitivo).Muchos son los disfraces que adoptas y los juegos a los que te prestas. Los griegos lo llamaron ironía que significa distancia. ¿Habrá que decir que, en algún lugar del tiempo fuera del tiempo, tú mismo te inventaste bajo figura de babuino? También te hiciste esculpir en las catedrales practicando el vicio solitario en medio de solemnes esculturas. Así fue cómo te vi la primera vez sin saber que eras tú quien, con sonrisa simiesca, masajeabas el órgano otorgador de sentido. (Muchos años después depositaste en un naturalista la idea sobre el origen de las especies. Hombres y simios en parentesco esencial.)¿Deberé añadir la estridente carcajada que salió de mí al verte en el museo británico? Nada más oculto que lo evidente. Nadie dirigió hacia ti la mirada, perdido como estabas en la espaciosa sala, pletórica de estatuas, nadie rió, nadie inmortalizó tu figura. Andaba todo el mundo en pleno agosto muy atareado en fotografiar figuras según los catálogos establecidos. Sin embargo ahí estabas tú, en frontal desnudez, ofreciéndome el mensaje sólo a mi destinado…

4 comentarios:

Argax dijo...

¿Que hiciste ante tamaño descubrimiento?

¿Qué tal es? ¿No será alguien que yo conozca?

Sea como sea, es bueno estar bien relacionado así que espero le dejara su tarjeta.

Me gusta que Dios sea discreto.

El Porquero de Agamenón dijo...

EStimado señor.
I-El próximo miércoles quedará desvelado el misterio.
II-Mis dioses están hechos a mi imagen y semejanza.Son discretos,

Tordon dijo...

Mi querido, místico y enigmático amigo:
Ardo en deseos de conocer cómo fue su espectacular contacto con la divinidad.
Y me asaltan las dudas:
¿Se habrá usted topado -cual Narciso redivivo- con un antiguo espejo victoriano?
Y otra más prosaica: En la entrada de los museos londinenses, ¿harán control de alcoholemia?
Salu2

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Tordon.
I-A la primera pregunta, desgraciadamente me es imposible contestarle.Mañana sabrá usted por qué.
II-Prácticamente soy abstemio y más en Londres.
III-le deseo que siga usted consumiéndose felizmente en sus ardores. Acierta usted de lleno cuando alude a mi contacto espectacular con la divinidad.