viernes, 9 de abril de 2010

LENGUAJE Y MASA.

Alguien dijo que la humanidad es un invento de la bomba nuclear y las masas un invento de la metralleta. Es posible. Yo la primera vez que oí masas fue formando parte del sintagma nominal La rebelión de las masas de Ortega y Gasset, un filósofo español de andar por casa que, al igual que el teológico Zubiri, se dedicaba a practicar filosofía de salón. Yo leí el libro en la época en que Ortega era ya un filósofo reconocido por el régimen. La rebelión de las masas fue un libro profético y visionario que nadie lee hoy por la sencilla razón de que estamos en plena dictadura de las masas que han dejado la rebelión atrás y se han travestido de Gran Hermano.
Por eso yo me distancio cada vez más de lo multitudinario y me declaro en rebeldía cuando alguien, que no me conoce de nada, empieza a tutearme como si me conociera de toda la vida y más cuando se trata de una relación comercial. Entonces saco automáticamente la pistola y lo trato de usted y de señorita, señora o señor, según, y si el interfecto todavía no se da cuenta de que conmigo está desbarrando, le espeto la pregunta agraria de cuándo hemos comido juntos en la misma mesa para que me tutee por la cara. Y aquí es cuando caminan juntas dos palabras que nunca debieron separarse; cultura y cultivo
Suelen decirme, a modo de justificación, que hay mucha gente vieja que no le gusta que le llamen de usted porque se sienten mayores, lo cual es una de las estupideces más grandes producidas por las masas que se han creído la inmortalidad y la juventud eterna instauradas por el complejo mediático-publicitario. Por eso, en esta bitácora, me invisto de la excelencia aristocrática y hablo un lenguaje extremo que va de lo más delicado a lo más canalla, sin pasar nunca por la mediocridad democrática de lo masivamente correcto, que es la neolengua creada por los medios de comunicación a partir del eufemismo cursi de llamar a los viejos, mayores o tercera edad.El lenguaje de las masas es un lenguaje interclasista y posmoderno, es decir, reaccionario. De una derecha que no necesita tener sentido de la Historia ni del Estado porque Estado e Historia le han pertenecido desde siempre y mucho más desde que Luis XIV dijo nominalmente “el estado soy yo”. Mucho tiempo después la modélica izquierda formó parte de la modélica transición y aprendió a tener sentido de Estado que es como eufemísticamente se llama cuando la izquierda alcanza el poder para hacer política de derecha. Y ya tenemos a todos y a todas confundiendo sexo y género, metiéndonos la arroba hasta en la sopa y hablando el lenguaje tecnoburro de palabras muy gordas y muy largas que nada significan. Y ya tenemos a todas y a todos bailando al son de la solidaridad, lo multicultural, lo emergente y apuntándose como locos a los últimos sintagmas estrambóticos y estrafalarios que les otorguen el visado de la posmodernidad más imbécil y hortera.
¡La madre que los parió!

6 comentarios:

Luis Colucci dijo...

Señor Porquero:
Otra vez me ha arrancado una sonrisa (o debería decir una lágrima?)
Un saludo.

El Porquero de Agamenón dijo...

Lo suyo,sonrisa o lágrima,o ambas dos es todo una declaración romántica de amor.Muchísimas gracias a usted y a su alma rioplatense.

Anónimo dijo...

¿Me permite que le aplauda?

A propósito, “La rebelión de las masas” era lectura obligatoria en la facultad y pregunta segura en los examenes.

Gusto en re-encontrarle.

El Porquero de Agamenón dijo...

¿Me permite que inclinando el tronco se lo agradezca?
¿En qué facultad estudió usted?
No le voy a preguntar qué año pero me resulta muy curioso que fuera lectura obligada y pregunta segura en los exámenes.
Mucho gusto en tenerla de nuevo.

Anónimo dijo...

Rondaban los años 90 en la facultad de ciencias políticas y sociología, en Somosaguas, Madrid. Años más tarde, continuaba siendo lectura recomendada en la bibliografía de los cursos de DEA en el IEP de Paris. La reiterada aparición de este ensayo para su estudio en ambos países, obedecía al hecho de ser considerado material imprescindible en la formación de un politólogo, entre otros.

Saludos cordiales, señor Porquero.

El Porquero de Agamenón dijo...

Muchas gracias por su información.Ya sabía yo que la rebedión era un libro muy leído, lo que no sabía es que también lo era en Francia.
Del contenido me acuerdo poco.¡Hay que tanto que releer.
Por lo menos me sirve el título para ir componiendo mi Gramática del Cuerpo.
Muchísimas gracias.Saludos.