miércoles, 10 de junio de 2009

HONESTIDAD.

Helmut Newton
Era una hembra honesta. Caminaba levantando pollas a su paso.

6 comentarios:

Alicia dijo...

Más que la hembra, las honestas eran las pollas, ¿no?

Beso,
Alicia

Tordon dijo...

Tanto laconismo me desarma...

Bueno, los tacones son muy bonitos...

Salu2

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimada señorita Alicia:
I-Honestamente creo que las pollas no son honestas o deshonestas.Simplemente reaccionan o no reaccionan.En la polla la moralidad es sólo cuestión de física.
II-Sin embargo,el coño como centro del mundo,es el poder.En él sí cabe,por tanto,moralidad puesto que como ente es muy superior a la polla.
III-Esto es así como se puede apreciar en la distinta relación que el coño y la polla guardan con sus respectivos cuerpos.Permítame que me autocite a través de la GRAMÁTICA DEL CUERPO que subiré a la red dentro de algún tiempo:
IV-"El cuerpo femenino es mucho más armónico que el masculino. Cada una de sus partes guarda una relación perfecta con el todo y, a la vez, el todo está muy contento de sus partes a las que mima por igual. Dicho poéticamente, el coño, centro del universo, no se comporta como tal dentro del cuerpo femenino. Es una parte más donde todo tiene su importancia. De puertas para afuera, el coño ejerce un indudable poder y se muestra muy consciente de ello pero, de puertas adentro, se siente muy a gusto pasando desapercibido. Esto hace que las demás partes femeninas no le guarden envidia alguna, lo que contribuye a que el cuerpo de la mujer despida un halo de paz y seguridad extremas y que, en consecuencia, sea ansiosamente perseguido por la ansiedad del cuerpo masculino. El cuerpo femenino ha sido idolatrado por todas las artes de todas las épocas y lugares y, por el mismo motivo pero al contrario, ha sido vilipendiado por todos los monoteísmos"
V-"Dicho esto, el cuerpo masculino está esencialmente descompensado. Todas sus partes están en función de la polla y de lo cojones como testigos presenciales de la hombría. Esto no tiene nada que ver con la homosexualidad o la heterosexualidad del cuerpo masculino. En este punto, maricones y hombres de pelo en pecho estamos todos unidos al amparo del omnipotente falo que nos da cobijo como padre magnánimo. Todos somos falócratas. De hecho, en la Grecia antigua el hombre era definido como Faloscopós, un falo que mira. Efectivamente, la visión del mundo por parte del hombre está indisolublemente unida al tamaño de la polla y a su grado de erección. De ahí una variante gramatical, el hombre-polla, muy parecida al Faloscopós griego. Gramaticalmente el cuerpo masculino es un magma confuso y multiforme que rodea a la polla. Tenerla grande o pequeña pude constituir un hito histórico o un trauma y no digamos si nos metemos en las honduras de su funcionamiento. La mecánica cuántica del cuánto se me levanta adquiere una dimensión ontológica y antológica. La morfosintaxis general del cuerpo humano o estudio de las formas en funcionamiento surgió precisamente a partir del estudio de la polla".
VI-Disculpe la extensión del comentario motivado por la inteligencia sutil que usted ha mostrado en el suyo.Un beso.

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Tordon.
I-Disculpe que le desarme con mi laconismo a usted que está tan bien armado intelectualmente.No lo puedo evitar.Son elecciones estéticas.Me gusta probar registros estilísticos diferentes.
II-No obstante,con el comentario a la señorita Alicia creo que queda un poco claro por dónde van los tiros.
III-Este textículo viene a cuento de una frase memorable de Henry Miller en uno de sus trópicos que leí con delectación hace mucho tiempo.Y decía de una mujer"Tenía un honesto tajo en la entrepierna".
Disculpe mis excesos texticulares.
El Porquero.

Alicia dijo...

Su comentario ha obrado el prodigio de retrotraerme varias décadas, hasta la presunta inocencia de mis once o doce años y el único libro que mis padres me censuraron (Henry Miller; luego lo leí y preferí entender la censura porque no son buenos, no por el tema y su crudeza, que habían dejado pasar otros, bastante peores encima).
Ese discurso cunípeto suyo (por oponerlo a falócrata) me suena de antiguo. Esa adoración del cuerpo femenino venía invariablemente acompañada del desprecio del masculino, especialmente del falo y sus inevitables acompañantes. Hablo de discurso de madres, hermana y amigas de entonces. Y las novelas vagamente eróticas a mi alcance no lo mejoraban, todas estaban escritas por y para hombres. Sigue siendo para mí un misterio cómo es que me gustan los hombres y no las mujeres, con semejantes 'influencias'.

Disculpe usted también la extensión del co-comentario. Y no se olvide incluir referencias halagüeñas a los órganos masculinos en esa gramática en la que trabaja. Que las escriba alguien que los adore, como usted obviamente adora a los femeninos.

Besos,
Alicia

El Porquero de Agamenón dijo...

EStimada señorita.
I-Nada más lejos de mi intención que apuntarme al discurso castrador de madres y hermanas.
II-Tampoco en la Gramática del Cuerpo me decanto por uno en favor del otro.
III-Lo que resulta inevitable es hablar y escribir desde la subjetividad.
IV-En absoluto pretendo adoptar un tono machista o feminista igualmente falsos.
V_Pero es inevitable,tampoco hago ningún esfuerzo,escribir desde el único punto posible en donde me siento cómodo,el del hombre.
VI-Lós tópicos, como punto de partida y no de llegada,me parecen bastante válidos.
VII-Es posible que tenga usted razón con Miller,hace mucho que no lo leo y dudo mucho que lo vaya a hacer.También leí en su tiempo a Bukovsky y me saturó bastante.
VIII-Aunque debo reconocer que me sigue gustando mucho la fuerza con que escriben. La literatura americana suele ser muy potente en cuanto a la metáfora."Creer en Dios es como sorber el aire con pajitas dobladas"
Un cordial saludo.