viernes, 7 de septiembre de 2012

SCIENCE FICTION.




Lentillas, válvulas, audífonos, huesos, balones gástricos, pestañas, uñas, prótesis…  Prótesis cardíacas, dentales, faciales, genitales, maxilofaciales, oculares, mamarias, ortopédicas…

Vivimos en un mundo proteico bajo promesa de eternidad. Nuestra condición de mutantes autosatisfechos nos aleja orgullosamente del ser humano, primitivo e indefenso, para encaminarnos definitivamente hacia la robótica. 

¿Y el alma?
Es posible que permanezca tierna y flotante en algún pliegue mecánico.

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