lunes, 20 de septiembre de 2010

LAS RODILLAS.(GRAMÁTICA DEL CUERPO)



Las rodillas son ambiguas y contradictorias. Lo que contribuye a la profundidad de su atractivo cuando son visibles. Su visibilidad depende de si a la mujer le da o no la gana de liberarse de la androginia del pantalón. Antiguamente la mujer no podía elegir. Todavía recuerdo el efecto revolucionario de las nuevas mujeres que nos vino a través del cine americano donde aparecían en pantalones y fumando. La liberación del sostén vino un poco más tarde con los hippies. El problema de hacer todas las revoluciones en tan poco espacio es que ya sólo cabe la reacción, que es lo que está sucediendo en estos tiempos tan conservadores. De las revoluciones lo único que queda es la casquería, cierta libertad estética, que no es poco.

De la época en que el hombre tampoco podía elegir, le queda aún el resabio de creerse el rey del mundo. De hecho aún hoy en sociedades muy primitivas, es decir, religiosas, el hombre se siente el rey del mundo con derecho a imponer cómo debe ir vestida la mujer y también cómo debe ser ajusticiada si no obedece con la sumisión suficiente, cosa que no acabo de entender porque no creo que la mujer musulmana tenga las rodillas más feas que la mujer occidental ni tampoco que ande peor de pechos

Los pechos, si son suficientes, aunque ocultos, se adivinan y no digamos con los sujetadores modernos, mientras que las rodillas, si van ocultas, no se adivinan de ningún modo. Por eso la invisibilidad de las rodillas es mucho más radical que la invisibilidad de los pechos. La Gramática Fálica habla de “La doble invisibilidad de las rodillas con respecto a los pechos”. Es tal la invisibilidad de las rodillas de las mujeres que, incluso cuando se muestran, permanecen ocultas para una gran mayoría de varones. Nada más oculto que lo evidente. Ahora que se ha puesto de moda ir con pantalones muy cortos y tacones, las rodillas siguen siendo las parientes pobres de las piernas. Los machos rudos nos solemos fijar en las partes más ostensibles y clamorosas, pechos, pantorrillas, culo...

Sin embargo hay una minoría de machos, entre los que me cuento, que nos fijamos también en las rodillas. El hecho de que me apunte a todo significa que pertenezco a una selecta minoría de machos que aúna al mismo tiempo la rudeza del albañil de andamio con el refinamiento de un esteta del renacimiento. Sólo los machos refinados nos fijamos en las rodillas porque las rodillas pertenecen por derecho propio a la inteligencia creadora. De hecho, las rodillas pueden concitar por sí mismas una adoración sin límites al servir de puente entre la delicadeza aérea de tobillos y gemelos y la solidez de la pantorrilla como anticipo de la rotundidad del culo. La subida a los altares de la voluptuosidad se produce cuando la pierna se eleva sobre un zapato de tacón fino para ser fotografiada en toda su desnudez por Helmut Newton. Los desnudos de las mujeres de Helmut Newton consiguen trascender por completo la desnudez física del coño y los pechos para ir a la desnudez metafísica de las rodillas.

El director francés Eric Rhommer dedicó a las rodillas una película: “La rodilla de Clara”, ejemplo máximo de fijación. Mi vida sexual cambió por completo cuando vi la película. Pude entender uno de los axiomas fundamentales del deseo establecidos por el sicoanálisis. El deseo es excéntrico, es decir, no está donde se supone que debe estar. Por eso las rodillas femeninas ponen a ciertos machos. Porque habitan en los alrededores del deseo. Ya sabemos que los franceses, junto con los argentinos, se creen el centro del mundo, pero en este caso los franceses tienen razón. Sobre todo cuando hacen alta costura con las rodillas y se llaman Chanel o Dior. Luego vinieron los ingleses con Mary Quant y su minifalda y se llevaron el gato al agua. La rotundidad exhibitoria y democrática de Carnaby Street ganó la partida a la mostración insinuadora y aristocrática de los Campos Elíseos. A partir de ahí, la mujer inició un camino irreversible hacia el descoque y la desnudez. Bikini, shorts, tanga, toples son pasos irreversibles que nos conducen a los tiempos pornográficos en que vivimos. ¿Significará el burka una vuelta necesaria a los orígenes?

Hasta tanto no se produzca la segunda islamización de Europa gracias a la debilidad de nuestra tolerante y comprensiva sociedad con la barbarie de los bárbaros, llevo una vida visual y sexual plena. Hay mucho donde escoger porque la invasión pornográfica es absoluta. Basta con darme una vuelta por la playa o navegar por Internet. Salvo cuando quiero ver rodillas en todo su esplendor. Entonces no tengo más remedio que acudir a algún mitin del PP. Las mujeres de derechas usan como nadie las rodillas. Son expertas en el cruce perfecto de piernas donde las rodillas adquieren la segura condición de promesa de un más allá y también son rodillas habituadas a arrodillarse ante el poder. Entonces pasamos directamente de lo erótico a lo político donde las rodillas también dan mucho juego…

3 comentarios:

Noite de luNa dijo...

Muy pocos se dan cuenta, es verdad.
Ni las miran, ni se dan cuenta de lo excitante que es sentir una caricia en dicha zona.

Ya veo que usted está al día.

El Porquero de Agamenón dijo...

No exactamente al día.Más bien que cada vez observo más y mejor.Como no tengo prisa...

Rodolfo Plata dijo...

ISLAMISMO Y JUDAÍSMO SON AFLUENTES DE LA MISMA LETRINA QUE IMPONE POR LA FUERZA LO QUE NO ACEPTA LA RAZÓN NI EL SENTIDO COMÚN. Y para derrotarlos solo es necesario actualizar el cristianismo de tal modo que se pueda vivir y practicar, no en y desde lo religioso y lo sagrado, sino en y desde el humanismo secular, la pluralidad y el sincretismo. Enmarcándolo en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las respuestas y aplicaciones que la ciencia ha dado a los planteamientos trascendentales: (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.). Sincretismo religioso expresado por Raimon Panikkar fruto de sus frecuentes viajes a la India: «Me marché cristiano, me descubrí hindú y regresé budista, sin haber dejado de ser cristiano». http://www.scribd.com/doc/42618497/Imperativos-Que-Justifican-y-Exigen-Urgentemente-Un-Nuevo-Enfoque-Del-Cristianismo