miércoles, 2 de junio de 2010

UN PENE FELIZ.(Fragmento)


Desde que me enteré en el taller del escritor desconocido que la realidad no es un bloque de piedra decimonónico, mi vida literaria ha dado un giro copernicano. Para un escritor, que suele tener serios problemas a la hora de contar una historia, es una ventaja inestimable saber que la realidad no es un bloque de piedra. Esto me permite hablar de tú a tú con mis compañeros, los escritores modernos, que conciben la realidad como un magma o una superestructura compleja que encierra, como muñecas rusas, estructuras cada vez más pequeñas pero igual de complejas que se propagan hasta el infinito. A mí el magma me viene muy bien por mi carácter disgresivo y las estructuras complejas, también, para quitarme el complejo de escritor sin historia y, ya puestos, el complejo de escritor sin estructura. No tener una estructura narrativa definida me viene de perlas a la hora de irme por los cerros de Úbeda.


Por ejemplo ahora. He tenido que abandonar la escritura para obedecer la voz de mi querida esposa que me reclama para cenar en compañía de mi hijo que está abducido por el festival de Eurovisión. Vengo de escribir de la habitación que oficia de celda cartujana, me siento en el sofá del salón y me topo con la voz antigua del comentarista perpetuo que me introduce en el túnel del tiempo de cuando todo, incluida la realidad, era un bloque en blanco y negro. Veo en la televisión imágenes, color de supermercado que iguala a los cantantes como si fueran tintes. Muchos tienen cara de homosexual triunfador mientras ellas despliegan unas alas de compresa para cantar canciones ñoñas o indefectiblemente horteras. Por eso a mí la imagen que más me gustaría tener sobre la realidad sería aquella que pudiera compaginar la complejidad estructural y magmática de los escritores modernos con el mundo multicolor de eurovisión.




Y como sucede que últimamente estoy en estado de gracia, enseguida me viene la imagen perfecta en forma de bloque de plastilina. La realidad es un bloque de plastilina multicolor que uno puede manejar a su antojo. Si quiero, no me costaría gran esfuerzo en darle un pellizco al bloque y separar un trozo para moldearlo como quisiera. Ninguno de los dos iba a sufrir. Yo, porque soy libre como un dios bíblico que hubiera cambiado el antiguo barro adaptándose a estos tiempos y la plastilina, tampoco, porque es un ente inanimado al que no pienso insuflarle nada para que hable y se convierta en un dibujo animado. No me gustan los dibujos animados y mucho menos los que están hechos de plastilina. Jamás podría ser, auque me lo propusiera, un escritor Disney…



(Del cuento un pene feliz escrito por el Porquero en mayo).

9 comentarios:

Argax dijo...

Interesante este contarnos su proceso creativo para relatarnos la mismo tiempo otra cosa que no se sabe muy bien que es pero seguro que es la leche de interesante.
Vamos, que me ha picado usted en todo el centro de mi curiosidad, con las historias nacidas de ese estado de gracia que comenta.

Un saludo.

Argax dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Porquero de Agamenón dijo...

Me resulta muy recofortante su elogioso comentario en un dia como hoy en que estoy hecho unos zorros por un virus.
Curiosamente ayer escribía en un cuento que había sufrido una infección vírica y cósmica.
¿La literatura copia a la vida,la vida copia a la literatura,vivo para escribir o escribo para vivi?
En fin esto es un muy agradable galimatías que no tengo la menor inteción de resolver.
Muchísimas gracias y sí parece interesante sobre todo cuando aparece el Perea, un tipo provisto de un pene feliz y de mete en la historia,En fin

Argax dijo...

Yo pefiero situarme de partida en en la creencia de que es la vida la que copia vilmente. Desde ahí ya voy oscilando según vea y sienta.
Un racionalista empedernido le diría que ya usted sentía sutilmente los síntomas primeros de la invasión vírica que estaba sufriendo su organismo (en otros ambientes conocido como cuerpito serrano) y por eso escribió sobre ello. Yo soy más partidario de creer que tras terminar su relato sobre virus y cosmogonias, mientras lo repasaba para corregirlo, al haber sido escrito con precisión admirable, de la misma palabra virus, sólo por estar escrita en un contexto perfecto, emanaron efluvios que le intoxicaron.

Pero no me eche mucha cuenta, siempre fui demasiado partidario del palmo levitatorio entre la suela de mis zapatos y el asfalto. No es lo mismo que vivir en las nubes, pero al menos me mantiene a una distancia prudencial del suelo. Muchos ni se percatan de mi ambular al estilo fantasma gótico y simplemente al verme me dicen, tu estás más alto no?

Un abrazo y no deje de narrarnos más sobre ese tal Perea y los estados de ánimo expansivos de su pene.

El Porquero de Agamenón dijo...

I-¡Bienaventurado sea usted y su palmito levitatorio por el que no obtendrá ningún dinero pero sí mucho placer que se lo comerá su cuerpo serrano y no los gusanos!
II-Me temo que me está viniendo la temible racha de la poesía ripiosa y dicharachera.En fin, habrá que dejar que le escriban a uno porque eso de la libertad del escritor y de la libertad en general es una pamema.
Acabo de estar en el supermercado de abajo donde me aprovisiono de comida y de historias que contar y no puedo comprar dos hamburguesas de vacuno.Tengo que comprar seis y mezcla de vacuno y cerdo.¿Dónde la libertad?
III-La verdad es que esto de la vida y la literatura está más visto que el tebeo,como la gallina y el huevo,pero con un poco de habilidad,te puede resolver dos páginas de un relato.A otros,mucho más habilidosos que yo les resuelve la vida,haciéndose catedráticos y conferenciantes de pro por universidades extranjeras y extrañas.
IV-Lo que más me interesa ahora como escritor es la sintaxis incosciente de las palabras o como el inconsciente ordena sintácticamente las palabras en una mente tan prusiana como la mía pero, sin embargo,capaz de contar hechos delirantes como el pene feliz de mi amigo el Perea.
V-Esto es como las gallinas,las que van entrando por las que van saliendo.
Muchas gracias de nuevo.

Noite de luNa dijo...

Vaya. Falto unos días y me sorprende.

Saludos

El Porquero de Agamenón dijo...

Ten sólo espero,querida señorita,que haya sido para bien.

Noite de luNa dijo...

Sí, me he divertido leyendo.
Disculpe si no opino sobre su querido amigo El Perea.

Me gustaría seguir leyendo si sigue escribiendo sobre él.

Feliz noche

El Porquero de Agamenón dijo...

Mucha gracias por su interés.
Lo único que puedo decirle honestamente es que sobre la sustancia magmática llamada Perea hay poco que decir.
Y de lo poco que decir,yo como amigo, debo callar mucho,que después se me quiere meter en la historia y me la revienta.