
Proyecto de vida para el año que viene y los años que vendrán.
Por la mañana hacer la compra en el mercado. Desayunar en el bar de dentro. Dejarse llevar por el trasiego de gentes y mercancías. Hablar con todo el mundo sin dejar de sonreír. Volver a casa, ordenar la compra, abrir el ordenador, leer muy por encima los periódicos y ponerse a escribir hasta que el estómago reclame su protagonismo. Por la tarde, corregir pacientemente lo escrito, leer un poco a los demás, practicar algún deporte. Tras la cena, ver un documental o una buena película en versión original. Un poco después, dormir sin esperar nada de los sueños.