lunes, 16 de noviembre de 2009

TOTALITARISMO EMOCIONAL E INFANTILIZACIÓN


Han sustituido la plaza pública medieval por la plaza catódica.LLoran en público para que se les exima de sus responsabilidades.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

También se parece al circo romano: fieras, vísceras, sangre, heces... Pero en el plano emocional, que da más asquito.

El Porquero de Agamenón dijo...

I-¡Por supuesto señor Anónimo,no hay nada nuevo bajo el sol. El antiguo panem et circenses o la plaza medieval con hoguera en medios donde el sanbenitado cantaba la palinodia se ha traslado a la plaza catódica.Todo el mundo muestra impúdicamente sus sentimientos.Todo es visible,la pornografía sentimental es la parte central del espectáculo. Pero hemos avanzado,la sangre es virtual en relación directa con la cantidad de dinero o con ser famoso un minuto.Ninguna sangra llega al río.
II-Bienvenido sea usted a este blog.
El porquero.

Alicia dijo...

La exposición pública de sentimientos ha pasado de ser una execrable cualidad intrínsecamente femenina (de la que los varones debían huir como la peste, y las mujeres 'como Dios manda' tenían que reprimir) y que sólo estaba permitida en niños muy muy pequeños, a un atractivo negocio.
¿El público necesita que le muestren emociones de ese modo? Si leer es 'vivir la vida que otros soñaron', ver (cierta) TV ¿es 'sentir lo que otros sienten'?
De eximir responsabilidades, ni hablar. Aunque Camps y cía lloren...

Beso,
Alicia

El Porquero de Agamenón dijo...

I-Si señorita Alicia,parece que el público,convertido en audiencia, necesita llorar en otros lo que no llora por sí mismos(Lady Di y un largo etc)y también,por lo visto enmierdarse para poder criticar lo que ve.
Así de paradójicos y contradictorios somos.Vivimos una vida vicaria cada vez más virtual y ecléctica,una ilusión de realidad desde la comodidad del sillón frente al televisor.
No ver basura televisiva exige un esfuerzo y un control de nuestros más bajos instintos.
II-Note también como últimamente la ficción con apariencia de realidad vende y mucho.No hay película o serie que no ponga basada en hechos reales como si eso fuera un pasaporte de verosimilitud o de calidad.
Ni hablar ya de los relity shows, "espectáculos de realidad"Nombre exactísimo
III-¿Y qué decir de la tendencia desaforada por la confesión pública,al estilo medieval, en el patio virtual de interner y en las llamadas redes sociales.
IV-Síntomas todos ellos,me parece a mí,de una soledad radical y de una infantilización galopante.
Un beso del Porquero.