Autodefinición Informal. Con todo mi respeto, soy apolíticamente incorrecto. Mientras más viejo, más tierno me vuelvo y también más radical.
lunes, 31 de agosto de 2009
miércoles, 26 de agosto de 2009
lunes, 24 de agosto de 2009
EL PORQUERO VIENE DE LONDRES Y FORMA LA MUNCIAL.
¡Que venga yo tan contento de los londres londinenses, harto de hablar la lengua de Shakespeare con americanos del norte, irlandeses de las dos irlandas, escoceses de todas las escocias…! ¿Y qué me encuentro nada más salir de un avión atiborrado de ingleses tatuados y en chanclas? Pues me encuentro mi intimidad violada por un taimado cochino que se ha ido, una vez más, de la lengua.
¡Oh dioses, si de verdad habitáis los cielos, no permanezcáis impávidos a mi queja, haced al menos como que me prestáis atención! (aunque no creo en vosotros, bien que os nombro en mis escritos favoreciendo así vuestra causa entre los temerosos mortales, si bien hay que reconocer que no os hace mucha falta. Nuestro mundo se halla suficientemente poblado de sacerdotes y supercherías para que necesitéis de mi humilde contribución).
¡Oh dioses, si de verdad habitáis los cielos, no permanezcáis impávidos a mi queja, haced al menos como que me prestáis atención! (aunque no creo en vosotros, bien que os nombro en mis escritos favoreciendo así vuestra causa entre los temerosos mortales, si bien hay que reconocer que no os hace mucha falta. Nuestro mundo se halla suficientemente poblado de sacerdotes y supercherías para que necesitéis de mi humilde contribución).
Yo que, cual Ulises, he resistido los cantos de sirena dirigidos a desvelar mi personalidad aunque sea en un rasgo mínimo y jamás he mostrado mi rostro en partes o partes de mi cuerpo que pudieran dar ligeramente una noción de lo que soy, (tampoco me he ocultado/mostrado tras oscuras gafas ni gorro de montaña para después, en provocador striptease, ir apareciendo en aparición aparente surcando los cielos en escorzos imposibles).
Yo que, en cuanto a lo que de mi sé, no he dado pista alguna que pudiera conducir como hilo de Ariadna a que algún lector avispado alcanzara, no ya el centro, sino tan siquiera los alrededores de mi misma mismidad.
Yo, que he mantenido una despersonalización absoluta con respecto a lo que trato, (en ninguno de mis comentarios jamás ha aparecido nombre propio de persona conocida que pudiera hacer de acogedor blanco donde depositar mis venenosos dardos ni me he servido tampoco del nombre famoso de ninguna celebridad, petardesca o no, para fabricarme a su costa una entrada facilona que me diera multitudinario prestigio.
Yo, que en un rasgo de humildad suma que me honra, he concentrado mi variopinta personalidad en el alma estrecha y simple de un cerdo, compruebo con estupefacción la taimada hipertrofía anímica de mi adorado animal que ha cobijado en su seno el áspid de todos los
vicios: La envidia.
Imagine el lector que quisiera hacer méritos para ingresar en alguna docta academia de Málaga o publicar en algún respetabilísimo diario local mi localizada opinión sobre asuntos ciudadanos y humanos que me condujeran a obtención de medalla o nombre de calle por el socorrido procedimiento de yo-te-alabo-tú-me-condecoras ¿Adonde irán a parar mis sueños de celebridad provinciana, si desde mi propia casa me apuñalan con la publicación de mis confesiones privadas sobre el Museo Picasso de Málaga, por ejemplo? ¿Deberé rectificar y entonar palinodia diciendo que nada de lo que el cochino dijo que dije es verdad? ¿Deberé mentir y decir que es mentira que la National Galery, el British Museum y otros museos como el Museo de Ciencias y el Museo de Historia Natural son gratis y a los cuales he entrado cada vez que me ha dado la gana y sin pagar una sola libra?
Poliédrica alma mía, agazapada y expectante, mientras preparas tu justa venganza contra el cochino, revisa bien tus cierres y levanta un muro más alto si cabe para que nadie pueda saber quién se esconde detrás de ti, compón todas las hipocresías posibles y muéstrate al mundo como quien no eres para que así no peligre el nombre de la calle desde la que te honrará el Olvido.
lunes, 10 de agosto de 2009
El PORQUERO SE LARGA CON VIENTO FRESCO A LONDRES.


Tras mirarme un buen rato como si me fuera a comer, dijo: “¡Joder con el puto cochino, que esta vez va a tener razón!”, a lo que respondí: “Soy cochino, coño, pero tengo ojos y no soy tonto”, a lo que él me respondió, “La verdad es que habla la verdad por tu boca. Aquí se creen que, por haber montado un Museo Picasso de tercera donde hasta los celadores te miran oliendo mierda con la nariz, le van a conceder la capitalidad cultural. ¡Pero si aquí, empezando por Picasso, siguiendo con el pobre Miguel de Molina y hasta el mismísimo Banderas se han tenido que largar para triunfar¡ ¡la capitalidad cultural de los cojones se la deberían dar a Paris, Buenos Aires y Hollywood que los acogieron.”

“Complejo de cateto se llama a esos ringorrangos de nuevo rico”, me dijo el Porquero y ahora que lo menciono me doy cuenta que me estoy desviando del motivo central de esta entrada. Ya lo sabéis. Durante un tiempo desaparecerá del espacio virtual porque estará en Londres visitando la National Gallery y el British Museum by the face, o sea, gratis. Museo Picasso de Málaga, seis euros. ¡Viva Málaga, capital cultural!
viernes, 7 de agosto de 2009
miércoles, 5 de agosto de 2009
ACELERACIÓN Y TIEMPO.

La aceleración del tiempo es directamente proporcional al número de acontecimientos inesperados que se producen en un corto espacio de tiempo al cuadrado. Su efecto suele ser muy beneficioso. De bienes raíces, pasamos a ser hojas volanderas.
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Aviso para navegantes.
lunes, 3 de agosto de 2009
HABLA EL COCHINO MEXICANO.

Mientras checaba su maleta en el aeropuerto y la miraba con fijeza maya, también recuerdo que me refirió unas palabras bien padres “La maleta, pues que no, pero si me pesan el alma, ciertito que tengo que pagar por overhuei”. Y es que al señor licenciado México se le ha metido en las pinches honduras y de ahí no se lo van a jalar nunca. Y luego luego me dio una abrazadera tan fuerte que todavía estoy reponiéndome al tiempo que me encarecía que les dijera a ustedes lo que tantito les estoy relatando desde las puras meninges. Así que ya saben ustedes que, si no se deja ver por su bloguera, no es por incuria ni vagancia sino por el tránsito pinche por el que está pasando.
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