miércoles, 9 de mayo de 2012

PALMERAS.


Nunca me he explicado aquí en el Sur la manía de las autoridades municipales de llenar los pueblos costeros de palmeras. Las palmeras son muy caras, muy engorrosas de mantener y últimamente se están muriendo todas por el escarabajo rojo, una plaga de Egipto despistada de la época de Moisés.

Me temo que nuestras autoridades municipales fueron adictas a prolongadas estancias en las playas de Florida, pagadas por los contribuyentes en la época feliz del ladrillo o devoran con fruición la estética hortera de CSI. Con lo bonito que sería poblar nuestras aceras de naranjos y limoneros que cuestan bastante menos, dan sombra, huelen muy bien y su mantenimiento es baratísimo…

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