jueves, 15 de agosto de 2013

CONTRA LA RELIGIÓN Y SUS LÍMITES TAN LIMITADOS



I- La verdad es la verdad. Dígala Agamenón o Marx, su porquero: La religión es el opio del pueblo.

II-  La razón no tiene nada que ver con la fe. A más ciencia, menos religión.

III- Una sociedad retrasada es una sociedad religiosa y oscura.

IV- Una sociedad avanzada es una sociedad ilustrada y agnóstica.

V- Una sociedad ideal es una sociedad científica y atea.

VI- Toda creencia es una excrescencia.

VII- Sin embargo, la razón conoce sus límites.

VIII- Los límites, en la razón, no son fronteras que separan sino puentes que se tienden hacia lo desconocido.

IX- Gracias a la razón, los límites son mudables y flexibles.

X- Gracias a la razón, la esperanza existe. Lo desconocido puede llegar a ser conocido.

XI- Lo que está más allá de los límites de la razón no es necesariamente irracional. Es lo que todavía no se conoce.

XII- El que la razón conozca sus límites no autoriza de ningún modo a creer en Dios.

XIII- Por contra, la religión no conoce límites. Ella es el límite.

XIV- Precisamente porque no conoce límites, la religión impone límites a todo el mundo.

XV- Los límites de la religión son inmutables y rígidos.

XVI- Los límites de la religión no permiten la esperanza. Sólo permiten la espera.

XVII- Los límites inmutables de la religión sólo permiten la espera porque más allá está la Nada y más acá,  Dios.

XVIII- Los límites mudables de la razón permiten la esperanza. Más allá de la razón existe una infinitud de límites.

XIX- Sólo la razón, no Dios, puede ir más allá de sí misma.

XX- Precisamente por ello se puede decir, en contradicción aparente, que la infinitud de límites cabe en la razón…

XXI- La infinitud de Dios, tan limitada y finita, cabe en la infinitud de límites.

 XXII- La infinitud de límites no cabe en Dios.


XXIII- Para la religión Dios es el límite.

XXIV- Para la razón, Dios es un límite ficticio que impide la conciencia de la infinitud de límites.

XXV- El conocimiento es, pues, la conciencia insobornable de que los límites son infinitos.

XXVI- La religión es la negación del conocimiento por la presencia de Dios como límite.

CODA.
I- La razón puede concebir perfectamente que los creyentes crean en Dios. (El que los creyentes hagan un uso limitado de la razón, sustituyendo a ésta en sustitución primaria por la fe, -religión-, y la fantasía,-infancia-, es algo asumible, puesto que se da y comprensible, puesto que no todo el mundo está capacitado para vencer el miedo a la muerte sin las muletas de la creencia en la inmortalidad), pero es absolutamente inconcebible para los creyentes que Dios no exista. (El hecho de que haya gente que no crea en Dios debe constituir para el creyente un hecho tan asombroso que sólo puede achacarlo a una falla esencial de índole física o moral o a una situación transitoria).

II- Es cierto que existen creyentes muy dotados y preparados intelectualmente; científicos, filósofos, artistas…, que hacen un uso extraordinario de la razón en los diversos campos del conocimiento. Su creencia en un ser superior delata la persistencia de un fortísimo anclaje en la infancia que opera en su sique como refugio inexpugnable del pensamiento mágico. La pregunta, pues, que debe hacerse con estos creyentes tan dotados es: ¿Adónde habrían podido llegar en los diversos campos del conocimiento si no hubieran tenido la rémora de la religión? Esta pregunta es especial y lamentablemente adecuada para el campo científico y médico.

III- Ni que decir tiene que, cuando me refiero a la religión, aludo a los tres grandes monoteísmos; judaísmo, cristianismo, islamismo. La unidad promueve el límite y conduce inexcusablemente al fundamentalismo. Las religiones plurales de dioses varios promueven una amplitud de límites y una cierta ironía,-distancia-, hacia lo divino. No hay que olvidar que mis queridos griegos instauraron la democracia en el mismo impulso en que crearon la divinidad múltiple.


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