lunes, 3 de octubre de 2011

CONNECTICUT


Debido a su pequeña extensión territorial, el clima es relativamente homogéneo en todo el estado. En invierno, Connecticut tiene una temperatura media de -3 °C lo que me asegura una porción razonable de nieve para desarrollar mi pensamiento abstracto y mi aburrimiento concreto que producirán bestsellers millonarios llenos de pilares, catedrales y vientos. En verano, disfrutaría de una temperatura media de 22 °C lo que provocaría una resurrección de la carne y de la orgía sin necesidad de recurrir al aire acondicionado o al ventilador, aparatos que irremediablemente asocio al Sur donde vivo las calores sin vivir en mí y sufro las temperaturas gélidas de los supermercados.
La tasa media anual de lluvia de 119 centímetros provocaría en mí la suficiente tristeza para producir una escritura intimista que escribiría bajo riguroso seudónimo y que compaginaría con la literatura comercial a granel. Nadie podría relacionar al escritor masivo de novelas mágico-medievales con el escritor huidizo de literatura para la posteridad. Es más, me daría el gustazo de visitar España sólo para firmar libros en las grades superficies comerciales y conceder entrevistas muy bien pagadas donde arremetería contra la literatura exquisita y minoritaria.
Connecticut es el estado más gramatical que conozco. ¿A qué otro lugar podría ir a vivir este gramático canalla? ¿Qué otra cosa puede significar Connecticut sino el encuentro feliz, la conexión plena de todos mis horóscopos donde me trasmuto en cabra, lagarto o serpiente?
Allí, allí donde habita el Hastings, juntos pero jamás revueltos, escribiendo libros irreverentes sin parar y dando caña a todo lo que se menea.
En Connecticut, gracias a su gramática política, “Fundamental Orders” nació la gramática fundacional y constitutiva de los Estados Unidos de América que equivale a decir la gran gramática, la gramática imperial de la que todos somos súbditos. O sea, un respeto y una reverencia.
Vengo de la cultura imperial romana a través del latín canalla que es el castellano, padecí infancia y juventud bajo el yugo y las flechas del imperio hacia Dios, vivo una gloriosa madurez en medio de la crisis más grande jamás fabricada por el imperio de los Mercados. Es lógico que de aquí a poco disfrute la parte más importante de mi vida, aquella en que seré un viejo verde, habitando una imperial mansión en el Estado de Connecticut que, junto a California, posee el mayor número de mansiones para multimillonarios. ¡Y encima tienen un sentido del humor a prueba de presidentes idiotas!

9 comentarios:

Míchel dijo...

¿Se ha inspirado usted en alguien?

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Michel.
No entiendo muy bien su pregunta.¿Podría concretar un pocó más?Muchas gracias.

Míchel dijo...

¿Es usted el escritor de Best-Sellers, es su dueño o es alguien que yo conozca?

Anónimo dijo...

Felicidades por encontrar ese lugar donde pueda usted trasmutarse mi querido porquero, y no me refiero a su imperial mansion, eh.

Besitos.

Anónimo dijo...

Por cierto, ilumineme mi querido porquero, tengo una duda, es "transmutar" o "trasmutar"...

El Porquero de Agamenón dijo...

Estimado señor Michel.
I-¡Qué mas quisiera yo que ser autor de bestseller!
POr la pasta que ganan,no por la literura que practican,(en general bazofia pura)
II-Lo de "dueño",discúlpeme,pero no lo entiendo.
III-No creo que me conozca aunque no puedo estar seguro al cien por cien.Escribo trasmutado o transmutado de porquero que es mi manera de no ser conocido de ninguna de las maneras y así darme el gustazo de escribir lo que me da la gana.
Un abrazo muy fuerte.

El Porquero de Agamenón dijo...

Querida señorita.
La trasmutación forma parte esencial de mí por mi horóscopo chino, la serpiente, y por mis oficios que yo ya no sé lo que soy o quión soy.
Acabo de consultar el diccionario de nuestra academia y me dice que se puede escribir de las dos maneras, TRASMUTAR O TRANSMUTAR.
Un beso.

Noite de luNa dijo...

Si se va para allá y se hiciera millonario
¿Dejaría el blog abandonado?

Si lo abandona sería muy triste para mí.
Salvo que me trasmute, transmute en murciélago, jaguar o caballito y me vaya con usted.

No es mala idea...

Abrazos todos

El Porquero de Agamenón dijo...

I-Ni de coña, querida señorita Aquí,abandonaría yo este blog que tanto placer me procura.
II-No tengo ningún inconveniente en apaciguar mi soledad con su grata compañía,trasmutada usted en lo que sea, incluso la aceptaría tal y como me imagino que usted es.
Pero como le he dicho yo en otra entrada,no sé si yo podría satisfacerla en algo,habida cuenta de mi proverbial falta de interés.
Créame,yo soy lo que escribo,lo demás es una pálida copia.Temo decepcionarla.