Nuestra sempiterna manía de establecer separaciones
y clasificaciones, nos hace a menudo dividir lo que está unido.
Sucede con el
binomio corazón-cabeza o, si se quiere, sentimiento-pensamiento. Ocurre lo
mismo con intuición-razón.
¿Por qué no pensar que la intuición es la razón
viajando a velocidad de la luz o que la razón no deja de ser una intuición
reposada?
3 comentarios:
De eso se trata, supongo, señor Porquero. La intuición se basa en la experiencia acumulada y actúa como un reflejo. Pero dudo que pueda convencer de eso a los antirracionalistas que, extrañamente, cuentan con legiones de adeptos que militan también en las filas del arte, lo cual es bastante extraño, porque el arte es fruto ni más ni menos que del cerebro humano. Al menos no conozco otros animales que escriban sonetos o sinfonías.
Un abrazo.
Afortunadamente no intento convencer a nadie y, mucho menos,a antirracionalistas, espiritualistas,románticos,irracionales, trascendentalistas,místicos,energé
ticos...
Tiene razón. Los burros no comen pasteles.Un abrazo
Supongo que habrá muchos por ahí que preferirán que comamos césped y que abandonemos el lenguaje para comunicarnos con relinchos, cacareos o rugidos. Me quedo con los pasteles.
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