Lentillas, válvulas, audífonos, huesos, balones gástricos,
pestañas, uñas, prótesis… Prótesis cardíacas,
dentales, faciales, genitales, maxilofaciales, oculares, mamarias, ortopédicas…
Vivimos en un mundo proteico bajo promesa de
eternidad. Nuestra condición de mutantes autosatisfechos nos aleja
orgullosamente del ser humano, primitivo e indefenso, para encaminarnos definitivamente
hacia la robótica.
¿Y el alma?
Es posible que permanezca tierna y flotante en algún
pliegue mecánico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario