Por muy raro que parezca, es cierto que existen directores
de teatro que no tienen ni idea de dirigir actores.
Los directores de teatro, que no tienen ni idea de dirigir
actores, deberían dirigir el tráfico de una gran ciudad.
Y ello es porque su única preocupación es hacer circular a
los actores dentro de una puesta en escena genial.
Y ello es porque, cuando han preparado la obra de teatro, sólo
les ha preocupado la genialidad de la puesta en escena.
Y ello es porque no les importan los actores.
No les importan los actores porque no los entienden.
No entienden a los actores por la sencilla razón de que el
director genial es presa de su propio narcisismo.
Su narcisismo pretende que el público sólo vaya a verlo a
él y aplauda la genialidad de su puesta en escena.
El público, que suele asistir devotamente a una
representación del director genial, aplaude también su propio narcisismo al verse
a sí mismo como degustador de exquisiteces y novedades.
El director genial y el público exquisito usan a los
actores para aplaudirse a ellos mismos.
Eso va contra el orden natural de las cosas.
Eso es como si alguien pretendiera masturbarse con un
miembro que no fuera el suyo.
Los actores, buenos o malos, del director genial suelen
estar desprovistos de vida, llevan extraños atuendos y hacen cosas raras encima
de un escenario con escenografía genial.
La escenografía genial suele ser muy nociva para la
comprensión de la obra y muy incómoda para la interpretación de los actores
buenos.
Los actores buenos del director genial sufrirán mucho en su
dignidad.
Los actores malos del director genial estarán muy felices,
porque su docilidad se avendrá muy bien con la genialidad del director…
(Del "Tao del actor", texto anónimo de la época del emperador
Qianlong, quinto emperador de la dinastía Qing, traducido al inglés por el
profesor Lawrence Laughton bajo el título: “The punishment of The Emperor. The
Path for a wise performance”, “El castigo del emperador. El camino para una
actuación sabia”. Versión española del Porquero.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario