Muy escasos de
argumentos (o de mollera) deben andar los que apoyan la monarquía cuando no tienen más apoyo que
preguntarse si preferimos tener a tal o cual primer ministro idiota (coloque
usted mismo el nombre propio, hay mucho donde elegir) como presidente de la
república. ¿Se imagina usted a Fulanito de presidente de la república? Se
suelen preguntar retóricos e imaginativos.
La contestación es tan
obvia que da hasta vergüenza: Puestos a comparar, peor, mucho peor, es soportar
a un idiota eternizándose como rey que a un presidente de la república efímero
y transitorio.
Ninguna república
asegura al elección de un presidente honesto e inteligente, pero sí asegura su
fecha de caducidad.
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