jueves, 26 de junio de 2014

LA VENGANZA DE BILDERBERG.(Novela de política-ficción)




SINOPSIS:

Una Reina de un país muy democrático, pero totalmente corrompido, se encuentra triste y cariacontecida debido a las continuas infidelidades de su dueño y señor, el Rey Campechano. Sin embargo la sangre real de la Reina cornúpeta no llegará jamás al río porque, en cierta manera, los cuernos van con el cargo y no resultan así una pesada carga  como sin duda lo son para la mujer plebeya. (Hasta en los cuernos ha habido y habrá clases).

Lo que no puede soportar la pobre Reina es que por cada animal que maternalmente acoge en su mayestático seno, el Rey Campechano mata un par de elefantes o de osos borrachos o de lo que sea. Entonces toma la determinación de vengarse de su Alteza Elefanticida. Para ello se hace invitar a las reuniones de Bilderberg, constituida íntegramente por los Amos del Universo. En cada reunión que asiste va deslizando sutilmente la ponzoña contra su marido en medio de un mar de suspiros varios y quejas diversas, sólo al principio, para desembocar al final en llantos desconsolados y mesamiento de cabellos.
Los Amos del Universo, apiadados de la Reina, deciden poner punto y final a la matanza real y urden una trampa vil que tiene dos fases. En la primera pringan hasta las cachas al yerno de la Reina al que instan a cometer fechorías sin cuento haciéndole creer que es impune. Al mismo tiempo sitúan en la audiencia de Baleares a un juececillo valiente y honesto que empieza a tirar de la manta por un Polideportivo y acaba imputando a todo Dios, incluida una infanta ingenua e inocente, casada casualmente con el Yerno Felón. (A su debido tiempo será exonerada, como corresponde, ya que no es esa la pieza que se quieren cobrar).

El caso es que explota el caso y se arma la marimorena. En la segunda fase, tras el discurso de Navidad donde el Rey Disparador de Todo lo que se Menea habla de que la justicia es igual para todos, recibe una suculenta invitación a cazar elefantes en Botswuana, operación que es pagada a escote por los Universales Amos. Antes de ir, el Rey entra con la Reina en el parlamento en medio de un surtido variado de pífanos y trompetas recibiendo el más sonoro aplauso que jamás han escuchado los siglos, interpretado sumisamente por una amplísima mayoría de parlamentarios que poco más tarde quedarán con el culo al aire. La Reina asiste impertérrita y un tanto ladina a la última entrada triunfal de su Augusto Marido.

Y ahora viene la Hecatombe Programada. Lleno de orgullo y satisfacción, el Rey Campechano y Disparador se va a Botswana con la mente puesta en los seis millones de súbditos parados y en los cientos de miles de desahucios. Allí caza un elefante y se hace una foto. La foto. Cuando va a entrar en la habitación para tomar un merecido descanso, una sutil cuerda colocada casualmente hace que el  Macho Soberano tropiece y se rompa una cadera. Tiene que ser repatriado urgentemente. Nada puede ser ocultado. Todo el mundo se entera de la Tostada.
Jaque mate. Pero antes el Rey, a modo de disculpa, pronuncia  las tres últimas frases para la Historia: “Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir.”

No muy lejos del lugar, la Reina asiente y repite para sí “…no volverá a ocurrir”. 
FIN

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