.
-Hay que desmilitarizar a
los militantes de todos los partidos políticos haciendo que renuncien a
cualquier sentimentalidad basada en la nostalgia de tiempos mejores cuando el
partido era lo que era. (Nunca lo fue, pero esa es una historia que tiene que
ver más con la juventud perdida que con otra cosa). Las trampas de la memoria
son muy arteras y engañosas y hacen comulgar muy fácilmente con ruedas de
molino.
- Por eso hay que
establecer listas abiertas para que el militante se pueda liberar de la
sentimentalidad ideológica que lo determina y restringe y de la sentimentalidad
personal que lo confina y estrecha y así poder elegir personas de otros
partidos que crea eficaces y juiciosas.
Conclusión:
Las cúpulas de
los partidos se echarían a temblar. Los votantes, en general, nos sentiríamos
más libres y los militantes, en particular, bastante liberados.
2 comentarios:
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