viernes, 29 de marzo de 2013

LUCES DE BOHEMIA




Parece un hecho incontrovertible que la democracia en España nació lastrada por una derecha que venía de la noche de los tiempos y una izquierda deseosa de tocar poder cuanto antes. (El tiempo del exilio forzado se reveló un mal consejero). La  aceptación de una monarquía atada y bien atada por el dictador y su defensa contumaz como símbolo de reconciliación, ocupará un lugar de honor en la historia de las claudicaciones. La sumisión a la Iglesia, también. (Todavía recuerdo con espanto la prisa que se dieron en encabezar procesiones y desfiles).

Por eso nadie debería sorprenderse de que esta democracia haya envejecido tan pronto y tan mal. Nunca nos fue beneficiosa la mixtura de borbones y curas. La prodigiosa rapidez en su descomposición nos hace entrever que el bello rostro que nos pintaron no era tal. Bajo el sol inclemente de la crisis, ahora sí, podemos distinguir claramente la espesa capa de maquillaje barato de entre cuyas grietas resurge el rostro viejo y arrugado de la España de siempre; la de Goya y Valle-Inclán.

Adagio final:
Gato blanco o gato negro ¿Qué más da? El caso es que cace los ratones que se esconden tras los espejos cóncavos.

(Homenaje a todos los compañeros, veteranos y alumnos, de la ESAD de Málaga que trabajaron con ahínco y tesón en “Luces de Bohemia” de Valle-Inclán. Teatro necesario y profético, pues tuvo lugar los días anteriores al teatro antiguo y rancio de la Semana Santa).

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