La fantasía es una recusación en
toda regla de la realidad. Solo es posible la fantasía en espíritus infantiles.
En el mundo real los objetos y las personas pesan. En el mundo fantástico todo
vuela, desde Peter Pan a los castillos.
La realidad es densa y compleja, llena
de pliegues y laberintos. Se necesita mucha imaginación para representarla. La realidad
es un enorme poliedro lleno de aristas y caras tamizadas por una luz en perpetuo
movimiento. La fantasía, en cambio es clara y diáfana como la luz del mediodía.
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