He visto la Castellana vacía,he visto el paseo de la Reforma,en México vacío,he visto tantas ciudades vacías que su silencio me conforta.Será que es la única manera de hablar con su alma. Un besazo.
Estimado señor Michel. Creo que esa no es el alma de su ciudad sino de la suya.A todos nos pasa que solemos equivocarnos de alma. Se lo asegura con toda su alma el alma del Porquero que es poliédrica. Pruebe un dia,si no lo ha hecho,a caminar por el medio de la calzada de su ciudad vacía y si fuma,fúmese un cigarrillo. Ojalá experimente entonces la sensación de victoria íntima.Se lo desea afectuosamente el alma invicta del POrquero.Un abrazo muy fuerte.
Ya no fumo; bueno sólo fumo algo cuando me emborracho... que es de uvas a peras. Entonces no podré realizar el experimento. De todas formas, si sirve de algo, cuando corro por mi ciudad, a eso de las cinco o las seis de la tarde invernales, con las farolas todavía apagadas pero que ya se echan de menos y con las calles desiertas, sí siento algo parecido a una "victoria íntima". Aprovechando le deseo un feliz año nuevo. Un saludo.
6 comentarios:
No sabe lo que impresiona la Castellana los días veinticinco.
Incluso asusta el silencio
He visto la Castellana vacía,he visto el paseo de la Reforma,en México vacío,he visto tantas ciudades vacías que su silencio me conforta.Será que es la única manera de hablar con su alma.
Un besazo.
La ciudad en la que vivo se vuelve más deprimente de lo habitual cuando se queda vacía. Si esa es su alma... apañado estoy.
Estimado señor Michel.
Creo que esa no es el alma de su ciudad sino de la suya.A todos nos pasa que solemos equivocarnos de alma. Se lo asegura con toda su alma el alma del Porquero que es poliédrica.
Pruebe un dia,si no lo ha hecho,a caminar por el medio de la calzada de su ciudad vacía y si fuma,fúmese un cigarrillo. Ojalá experimente entonces la sensación de victoria íntima.Se lo desea afectuosamente el alma invicta del POrquero.Un abrazo muy fuerte.
Ya no fumo; bueno sólo fumo algo cuando me emborracho... que es de uvas a peras. Entonces no podré realizar el experimento.
De todas formas, si sirve de algo, cuando corro por mi ciudad, a eso de las cinco o las seis de la tarde invernales, con las farolas todavía apagadas pero que ya se echan de menos y con las calles desiertas, sí siento algo parecido a una "victoria íntima".
Aprovechando le deseo un feliz año nuevo.
Un saludo.
Señor Michel.
Yo también le deseo un feliz año.
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