viernes, 4 de junio de 2010

LA MODA.


I-La moda y yo somos absolutamente irreconciliables. A mí me gusta desnudar a la mujer.


II-La moda y yo somos absolutamente antagónicos. Contra la moda, el modo.


III-La moda es efímera y circunstancial. El modo permanece.


IV-Una modelo es una mujer sin atributos.


V-Las modelos levitan.


Conclusión.

Cuando las modelos no levitan sino que con su peso, sus curvas, sus volúmenes y sus tacones excitan y explotan como una bomba en el sexo de los hombres, los pases de modelo no tienen ningún sentido. Ya no pueden mostrarse los vestidos sobre los cuerpos esqueléticos. Las grandes hembras hacen invisibles a los vestidos. Entonces se prohíben los pases de modelos. (EEUU).

2 comentarios:

Argax dijo...

Totalmente de acuerdo. La rotundidad de una hembra que es todo sexo hace de los vestidos un decorado invisible.
Pero hoy las modelos, sobre todo femeninas, no son más que finisimos anuncios que dislocan la asociación lógica entre salud y rotundidad (entendida esta como sexo y como vida). El mensaje que nos lanzan es que es mejor estar hecha un mapa, mejor ser un zombi en busca de una tapa de sesos rebozados, pero a la última. Nos quieren hacer creer, como en muchos ámbitos de la vida, que la salud está fuera de nosotros, en lo que poseemos.

Todo muy perverso y muy dentro de esta nuestra forma de vivir.

Saludos.

El Porquero de Agamenón dijo...

I-Aun a riesgo de que esto pueda parecer florituras diplomáticas vaticanas yo, a mi vez,estoy muy de acuerdo con lo que usted escribe.
II-Me ha gustado mucho lo suyo de "rotundidad entendida como sexo y vida".A lo peor se lo copio vilmente aunque lo mío no es fusilar textos de nadie.
Muchas gracias.