Un cobrador de tranvía urbano decide que no pague el billete porque me bajo en la próxima parada. Una recepcionista de un museo, ante la inexistencia de un audífono en español para mi hijo, decide entregarme uno de adultos al precio de niño. La flexibilidad del sistema permite que cualquier trabajador pueda tomar decisiones.
6 comentarios:
Es verdad eso? Parece imposible en un mundo de soldaditos de MacDonald´s y Blockbuster. Será Holanda el tan mentado paraíso?
Saludos.
Estimado señor Colucci.
I-Lo es.Al menos en las dos veces que he visitado Amsterdam,siempre me ha parecido una aproximación bastante raznable al paraiso y no sólo por el uso y disfrute del hachis y la marihuana.
II-La primera vez que estuve me aficioné al jazz y la segunda a la bicicleta¿Qué más puedo pedir?.
III-El holandés es bastante tranquilo y tiene un punto de locura muy gracioso.A mí me encantaría vivir en verano en Holanda.Se la recomiendo encarecidamente si no la conoce.Un abrazo.
Una de mis óperas favoritas es El Holandés errante. No sé si viene a cuento. Saludos.
Viene a cuento. los holandeses son errantes y deliciosamente erráticos.
Don Porquero:
Sólo una vez he visitado suelo europeo y sucedió en 2007 y apenas he podido estar en París, además de un breve paso por Cataluña. Si las cosas van más o menos bien, volveré a viajar este año y tal vez pueda sumar esta vez Berlín a mis destinos, pero lamentablemente no creo que pueda llegarme hasta Holanda.
Puedo deducir, de acuerdo a lo que usted dice, que Buenos Aires debe ser más o menos la antítesis de Amsterdam.
No lo sé porque desgraciadamente no conozco Argentina pero si usted se fía de mí yo me fío de usted.
Lo que sí sé es que en muchos aspectos Amsterdam es la antítesis de donde yo vivo desgraciadamente ya que aquí nadie toma decisiones imaginativas que mejoren el servicio ciudadano.Le deseo que le vayan bien las cosas para que pueda conocer Berlín.
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