Por lo menos tuvo que tomarse el trabajo de construir algo con sus manos y no se limitó a copiar los chistes del vecino.
Eso sí, suele pasar que cuando uno está acostumbrado a conducir a contramano y buscando los morros de los cumplidores de la ley que jamás se desvían del sentido correcto de la circulación, en cuanto baja un poco la guardia y olvida las defensas que ha levantado contra su propia condición acaba de nuevo lanzado a muchos kilómetros por hora carretera abajo y pensando, el próximo coche rojo lo estampo.
No es que crea en la irreversibilidad del carácter y la personalidad humana, sólo digo que la cabra tira al monte y por eso en los montes ya no se puede ni estar.
¡Por supuesto señor Argax! Pero el sentido del humor es el mejor antídoto que conozco contra el tomarse uno demasiado en serio o tomar en serio a los demás. Se vive mejor en el monte lejos de la solemnidad y el ringorrango. Un saludo.
4 comentarios:
Esta interesante reflexión, ¿es autobiográfica?
Al igual que a usted,no hay una sola palabra mía que no me refleje.
Por lo menos tuvo que tomarse el trabajo de construir algo con sus manos y no se limitó a copiar los chistes del vecino.
Eso sí, suele pasar que cuando uno está acostumbrado a conducir a contramano y buscando los morros de los cumplidores de la ley que jamás se desvían del sentido correcto de la circulación, en cuanto baja un poco la guardia y olvida las defensas que ha levantado contra su propia condición acaba de nuevo lanzado a muchos kilómetros por hora carretera abajo y pensando, el próximo coche rojo lo estampo.
No es que crea en la irreversibilidad del carácter y la personalidad humana, sólo digo que la cabra tira al monte y por eso en los montes ya no se puede ni estar.
Saludos.
¡Por supuesto señor Argax!
Pero el sentido del humor es el mejor antídoto que conozco contra el tomarse uno demasiado en serio o tomar en serio a los demás.
Se vive mejor en el monte lejos de la solemnidad y el ringorrango.
Un saludo.
Publicar un comentario