martes, 17 de diciembre de 2013

LA SEÑORITA FORCADES Y LA TEOLOGÍA DE LA SEPARACIÓN.




El independentismo catalán es pura Teología de la Separación. Si la Teología de la Liberación es una contradicción en sus términos (¡dios mío!¡Cómo es posible creer en dios, cualquier dios, y decirse libre!) en la Teología de la Separación sucede todo lo contrario. Los dos términos se avienen a la perfección. (Si creo en dios, en un único dios, debo separarlo de la barahúnda multiforme de los demás dioses para que así resplandezca Su verdad que, por ser verdad sólo a mí pertenece).
Es muy fácil deducir cuáles son las conclusiones.

Creencia en el pueblo elegido.
Creencia en un destino manifiesto.
Creencia en un enemigo exterior.
Creencia en el paraíso.

Por eso no es anecdótica la figura peculiar de la señorita Teresa Forcades, monja benedictina, que apoya la independencia de Cataluña si lleva consigo una mayor justicia social. O sea, el paraíso. Pero el paraíso no existe o dejó de existir cuando salimos de la infancia.
A lo que parece la señorita benedictina no lo sabe. Como tampoco sabe, por ahora, pese a su sólida formación y su clara inteligencia, resolver sus flagrantes contradicciones. Pertenecer a la Iglesia Católica que reprime el sexo y a la mujer y ser feminista, o decirse de izquierdas y apoyar un nacionalismo de derechas.

¿Oración?:
Dioses que no existís, iluminad a esta luminosa criatura oscurecida por la religión y sacarla del Mar de las Contradicciones para que pueda navegar feliz por el Océano de la Serenidad.


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