Que un director no entienda de actores no es
obstáculo para que se produzca una buena obra. Tampoco lo es que el actor no
entienda de dirección. Cada uno mira con ojos diferentes. La mirada del actor
es corta, pues debe dirigirse tan sólo a los otros actores y a sí mismo. La
mirada del director es abarcadora de todo.
Sin embargo, no entender de actores no significa
no respetarlos.
No respetar a un actor significa no ser consciente
de su vulnerabilidad.
Por eso el buen director se ocupa de que el actor
esté cómodo encima de un escenario, le provee de todo lo necesario y le tiende
una red invisible para que se sienta seguro.
Por eso se dice que un director no respeta a los
actores cuando arroja a estos a los pies de los caballos.
TAO DEL ACTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario