lunes, 29 de julio de 2013

EL LLANTO

Todavía recuerdo con estupor la imagen de un portero de fútbol llorando y mirando al cielo para hacerse perdonar por el público un fallo que le había costado a su equipo un gol.
Hacía ya tiempo que llorar en público se había convertido en una coartada retransmitida y alentada desde todas las pantallas. “¡Qué emotiva y sensible se ha vuelto la gente! Mal asunto”, pensé.
Hoy, en plena crisis, una vez más leo en el periódico que alguien vuelve a asombrarse de cómo es posible que no hayan saltado ya todas las alarmas y la gente no esté en las barricadas.
Entonces me viene la imagen del portero famoso y millonario mendigando con su llanto la comprensión del público y a su lado una madre que, desde el fondo del tiempo, le dice: “Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre”

(Traducción al lenguaje estúpido y políticamente correcto: “Llora como un niño@ lo que no has sabido defender como un adulto@”) 

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