Pulula por ahí una teoría francesa que dice que surrealismo significa lo que está más allá de la realidad y de los Pirineos, como diciendo descaradamente que el surrealismo nació en Francia. Mentira cochina de los franceses que no reconocen que Europa empieza en las columnas de Hércules ni tampoco soportan que el mundo entero conozca la palabra guerrilla que inventamos los españoles para darles de hostias hasta en el cielo de la boca. El surrealismo nació en Cai. (Antiguamente Cádiz en el lenguaje del imperio. Si los vascos nos imponen que digamos Iruña en vez de Pamplona, los gallegos A Coruña por La Coruña y los catalanes Lleida en vez de Lérida, puestos a ser surrealistas, empecemos a exigir que todo el mundo diga Cai, Graná, Huerva etc.).
Surrealismo significa Realidad del Sur. La primera metáfora surrealista nace en Cai en la época de la Guerra de la Independencia cuando perdimos el tren de Europa y mandamos a tomar por culo a los gabachos al grito monárquico de “vivan las caenas”. (El problema de los franchutes es que nos quisieron ilustrar a lo bestia. Una pena, porque nos hubiéramos ahorrado un montón de monarcas incompetentes, un siglo de pronunciamientos militares y el monocultivo zafio del ladrillo).
El surrealismo nació sin anestesia del coño soberano y constitucional de la hembra gaditana cuando cogía las bombas que tiraban los fanfarrones y con ellas se hacia tirabuzones. ¡En el coño! De hecho, muchos años después, otra hembra gaditana alumbró la metáfora definitiva del surrealismo cuando, al ser encuestada a propósito de las condiciones de vida del barrio humilde donde vivía, respondió que “había tanta humedad que, al ponerse a fregar el suelo con aljofifa y cubo, del mismísimo coño le salían flores”. Más adelante, la poesía oficial y ñoña acuñó las expresiones juegos florales y poeta floral sin saber su origen vaginal.
Por mucho Papa Negro, mucho vaticano parisino y muchos adoquines que levantaron los estudiantes franceses para encontrar el mar, hacía miles de años que el mar surrealista bañaba las costas de Cádiz. En las aguas yodadas de Chipiona, sumergí mi infancia. Lo cual significa que me hice poeta y coñólatra.
Cádiz, tan generosa con España y la humanidad, no sólo alumbró el surrealismo y los carnavales, (juegos florales surrealistas), sino que dio al mundo la Archihembra como hito del surrealismo cañí.
Del cielo de la casquería seudomítica de la Andalucía andalusí, autonómica y oficial, rescato yo para bajar a tierra y rendir un homenaje sincero a las almas surrealistas de las grandes hembras gaditanas que se hicieron carne bajo el nombre de Lola Flores Ruiz y Rocío Trinidad Mohedano. Con un talento descomunal y una voz prodigiosa bailaron y cantaron mientras tendían la ropa o recogían fruta en la profundidad del Sur. Surrealismo vine de Sur.
2 comentarios:
Leches porquero, cómo me he reído.
No he captado con exactitud la intención del texto, cuestión de biorritmos alterados o de clara tendencia a la pollinización de mi mente.
Pero eso no es lo importante, lo importante es que me he reído, que me he sentido identificado con ese surrealismo cañí y que he encontrado una causa por la que luchar. Yo, burguesito complaciente, pienso reivindicar ante quien haga falta la Andalucización (en?) de los pueblos de nuestra Comunidad.
Saludos.
I-¡No se justifique usted,hombre de dios,que no hay ninguna exactitud que entender!
¡No achaque usted su presunta inexactitud comprensora a biorritmos alterados o distintos enfoques sobre el objeto del deseo!
¡el que usted sea pollófilo y yo coñólatra es algo extremadamente secundario!Los gramáticos lo llaman rasgos no pertinentes.
Lo pertinente es que usted se ha reido.¡Ese era mi objetivo!
II-Este texto pertenece a la GRAMÁTICA DEL CUERPO,donde transfigurándome en biogramático,analizo diferentes partes de cuerpo humano.Este texto pertenece más exactamente a la Archihembra y al mundo telúrico de la copla.
Es para mí muy importante que con su risa haya conseguido el efecto que deseaba.Muchas gracias.El porquero.
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